La lana de oveja se convierte en un problema para los ganaderos del Pirineo al considerarse un material de rechazo
Grupos de 'xolladors' esquilan los rebaños de todas partes por|para un mejor bienestar de los animales
Estos días grupos de xolladors recorren las diferentes granjas del Pirineo para esquilar las ovejas de los rebaños antes de subir a la montaña. Es un trabajo necesario para el bienestar de los animales. La lana de las ovejas, años atrás, era un complemento a la economía, pero actualmente es todo lo contrario. Los ganaderos tienen que pagar para esquilar las ovejas y, por el contrario, la lana no tiene ningún precio, nadie la quiere comprar. A pesar de ser un tejido excelente, sostenible y biodegradable se apuesta por otros materiales. Son muchas las granjas que acumulan sacos llenos de lana todavía del año pasado y no encuentran quien la quiera, ni que sea a coste cero. Ahora, la lana está considerada como un material de rechazo.
Hoy en día, y de forma mayoritaria en las explotaciones del Pirineo, la lana se tira sin poder aprovecharla y sin que nadie dé salida a este producto.
Grupo de 'xolladors'
Con la llegada del calor del verano, empiezan a trabajar los grupos de xolladors, que acostumbran a estar formados por los xolladors, que son los encargados de esquilar las ovejas; los pessoladors, que se ocupan de atar las cuatro patas de las bestias y acercarlas al xollador para facilitarle el trabajo; y las toberas, encargadas de recoger la lana.
Antiguamente, cuando esquilaban las ovejas con tijera, los xolladors necesitaban entre ocho y diez minutos por esquilar el animal y durante una jornada acostumbraban a terminar unas 50 ovejas. La maquinaria actual permite esquilar una oveja en muy poco tiempo.
Rememoración del oficio de 'xollador'
Desde hace 34 años, el 24 de junio, sólo interrumpidos por los dos años de pandemia, el Ayuntamiento de Sort organiza la Xollada de ovejas con tijera, exhibición de este antiguo oficio. Esta demostración reproduce las dos modalidades de esquila, por una parte, la esquilada tradicional con tijera que celebra su 29.º aniversario y por otro lado, desde hace cuatro años, se ha incorporado la esquila a máquina, de manera tal que la exhibición permite contrastar el proceso modernizado con el tradicional que durante siglos se ha practicado en el territorio.
Iniciativas vinculadas a la lana
La preocupación por la pervivencia de la cultura popular de montaña fue una de las claves para sacar adelante la empresa Vital Pirineus, que apuesta por aprovechar la lana de una veintena de rebaños del Alt Urgell y de Andorra para confeccionar varios elementos relacionados con el oficio de pastor, como mantas, tapabocas, zurrones o cojines.
Unos productos que pretenden ser austeros y sostenibles y que tienen salida en varios países del continente, como Francia, Alemania o los de norte de Europa, además de los Estados Unidos y Corea. La iniciativa contribuye también a poner en valor la lana, que prácticamente ha dejado de recogerse y se ve asomada|vertida a tratarse, casi, como un residuo.
Hace unos diez años que Marta Esclusa decidió crear Cal Sargantana, su propia marca de productos fieltrados con lana. Lo hizo porque su familia tiene una explotación de ovejas en Castellfollit del Boix (Bages) y para dar salida a un producto que iban acumulando año tras año. Pero cuando empezó, el primer obstáculo fue encontrar un lugar donde lavarla ya que en Cataluña han desaparecido todos los lavadores para artesanos de lana. De hecho, el lugar más próximo que tiene está en Francia y cada año tiene que llevar la lana hasta allí para que se la laven.