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Masiva bienvenida al verano
Los municipios leridanos celebraron la verbena de Sant Joan con música, cenas populares, petardos y las tradicionales 'falles' || Agramunt preparó ayer una 'paellada' popular para 1.500 comensales
La música, los petardos, la gastronomía y el fuego reinaron en una verbena de Sant Joan que fue relativamente tranquila en las comarcas leridanas, a excepción de la tragedia de Gimenells (ver página 19). Desde las 20 horas del viernes a las 8 horas de ayer, los Bomberos de la Generalitat llevaron a cabo 82 actuaciones en la provincia, doce más respecto al 2022. La mayoría fueron por pequeños fuegos urbanos y de vegetación causados por petardos.
En Alpicat, Les Borges y en la avenida de València de Lleida tuvieron que sofocar fuegos de contenedores. De hecho, la Paeria activó de forma extraordinaria a 46 agentes de la Guardia Urbana para controlar la verbena y prevenir este tipo de incidentes que se han disparado en los últimos años. Por su parte, el 061 Salut Respon recibió más de 2.956 llamadas causadas por 2.361incidentes en toda Catalunya, si bien en las comarcas leridanas solo tuvieron que atender a cinco personas intoxicadas, tres agresiones y un accidente de tráfico en la L-200 en Puiggròs que se saldó con un herido.
En el marco del dispositivo especial de los Agentes Rurales, el cuerpo llevó a cabo 844 actuaciones relacionadas con Sant Joan: 516 por inspecciones de hogueras y 222 relacionadas con el lanzamiento de pirotecnia, aunque solo levantaron una denuncia. Por su parte, los Mossos d’Esquadra arrestaron en todo el territorio a 91 personas, de las que 35 estaban relacionadas por delitos contra el patrimonio, 11 por delitos de lesiones, 15 por violencia de género o doméstica y 30 por otros hechos. La fiesta continuó ayer en Agramunt, donde los vecinos siguieron fieles a la ‘paellada’ del 24 de junio.
Según explicó uno de los organizadores, Josep Lluch, se utilizaron 150 kilos de arroz para preparar 1.500 raciones de esta comida, la mayor cantidad en los 39 años de historia de la celebración. En el montaje participaron una veintena de voluntarios que durante toda la mañana preparan el arroz en dos grandes paellas. El coste de la ración era de 5€ y se destinó a un proyecto solidario que eligieron los mismos comensales mediante un formulario.
La segunda edición de la Fira La Baquiol llenó ayer de magia cada rincón de Biosca, un pequeño pueblo de tan solo 172 habitantes que ambientó 15 espacios en el siglo XIX. Incluso un patio del centro histórico escenificaba mediante figuras estáticas la quema en la hoguera de La Baquiol, la última mujer acusada de brujería en Catalunya que fue asesinada. El certamen dio cabida también a nueve exposiciones artísticas y de manualidades.