Aumenta la pobreza severa

El aumento de los precios en alimentación y vivienda, la crisis provocada por la Covid-19 y unos contratos laborales cada vez más precarios aumentan las desigualdades sociales y empujan a la pobreza severa. Este es el grito de alerta de las diez Càritas diocesanas con sede en Catalunya, que en 2022 atendieron a un total de 249.182 personas en situación de vulnerabilidad, un 17% más respecto al 2019. “Más de la mitad de los hogares atendidos no pueden acceder a una alimentación adecuada y un 80% reconocen que han tenido que dejar de comprar alimentos frescos; el 39% afirma que no pueden pagar los gastos escolares; el 45,5% son hogares con menores y solo un 8,2% son perceptores del Ingreso Mínimo Vital o de la Renta Garantizada de Ciudadanía”, explicaron ayer en Lleida representantes de Càritas Catalunya durante la presentación de la memoria de actividad correspondiente al 2022.

La entidad recuperó la normalidad en todos sus proyectos y tuvo que incrementar las ayudas económicas para comprar alimentos y pagar facturas de la casa. En cuanto al perfil de las personas atendidas, advirtieron que la pobreza continúa teniendo rostro de mujer (55%), que 1 de cada 3 son menores o jóvenes y que casi la mitad de las familias no disponen de un hogar digno. Aunque el 49% de los atendidos están en el paro, destacaron que “una de cada cuatro personas sí que tenía un trabajo, aunque no les permitía cubrir las necesidades básicas”.