Buscan jóvenes para compartir piso con personas con discapacidad intelectual en Lleida

“Buscamos mediadores para hacer realidad nuestro sueño de vida independiente”. Este fue el mensaje que hace unos días lanzó en redes sociales Quim Vilamajó, un joven de Tàrrega con síndrome de Down, para sumar voluntarios que quieran participar en el proyecto Desperta’t de Down Lleida, en que jóvenes sin ninguna discapacidad comparten piso con otros que sí la tienen. Actualmente, la entidad tiene en marcha dos viviendas compartidas y confía en poder abrir una tercera para el próximo curso.

Pilar Agustín, de Down Lleida, explica a este diario que por el proyecto ya han pasado decenas de jóvenes, tanto usuarios con discapacidad intelectual como mediadores, y que buscan voluntarios que “tengan ganas de vivir esta experiencia”. Los mediadores, que deberán acompañar a los jóvenes con síndrome de Down u otra discapacidad, serán “un compañero de piso más” y, como contraprestación, tendrán cubiertos los gastos de alquiler y manutención. “No tienen por qué estar con ellos las 24 horas del día, pero sí formar parte de la rutina de tareas y ayudarles si lo necesitan.

Además, cuentan con el apoyo total de la entidad”, añade. Según Agustín, no hay límite de edad, aunque se busca gente joven que trabaje o estudie para que se dé una relación “ de igual a igual”. La estancia máxima en estos pisos es de 6 años, ya que el objetivo es impulsar la vida autónoma de las personas con Down y otras discapacidades intelectuales.

Por ello, la entidad busca entre dos y tres voluntarios para sumarse al proyecto. “Queremos que establezcan un vínculo de amistad real y que compartan vivencias. Es una experiencia increíble y los mediadores que han pasado por el proyecto le han encontrado utilidad, tanto a nivel personal como profesional”, asegura Agustín.

La convivencia comenzaría con el próximo curso, en septiembre, y la entidad confía en encontrar mediadores. “Si no los hubiera, tendríamos que replantear el proyecto, porque no sería justo que nuestros usuarios se quedaran sin este recurso, pero no sería lo mismo. Confiamos en que el llamamiento que inició Quim dé sus frutos”, añadió.

«Ha sido una experiencia muy gratificante»

Esta joven estudiante de Educación Social en la UdL ha participado como mediadora durante dos cursos y medio. “Ha sido una experiencia muy positiva y de aprendizaje. Me voy muy agradecida y con muchas experiencias y amistades”, señala a este diario. Por ello, Alba, de 23 años, animó a otros jóvenes a sumarse a esta iniciativa. “La figura del mediador o mediadora es muy necesaria para que haya una relación de igual a igual. Todos aprendemos. Cuando llegué, por ejemplo, yo no sabía poner una lavadora (risas). Y fuimos aprendiendo juntos”, añade.

«Es fundamental para aprender y ser felices»

Quim Vilamajó es un joven de 27 años de Tàrrega que trabaja en la Cambra de Comerç de Lleida y reside en uno de los pisos de Down Lleida. “Hice el llamamiento en las redes para animar a voluntarios a sumarse al proyecto, porque la figura del mediador es vital para nuestro aprendizaje y para que podamos decidir cómo queremos vivir nuestra vida y ser felices”, dice. Además, señala que les ayuda a establecer relaciones y “aprender de nuestros errores”. “Somos capaces de hacerlo, de superar retos y deben confiar en nuestras posibilidades y capacidades”, defiende.