Julio se despide como el más tórrido jamás registrado en la Tierra y agosto llega con más calor

El mes de julio, que finalizó ayer, ha roto varios récords y se ha convertido en el mes más caluroso desde que se tienen registros. Estos datos fijan el 6 de julio como el día más caluroso de la historia, con una temperatura media de 17,08 °C, desbancando el 13 de agosto de 2016, con 16,80 °C de media. A raíz de estos datos el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declaró que “la era del calentamiento global ha terminado y hemos entrado en la era de la ebullición global”.También Lleida batió récords históricos con los 44 grados que se alcanzaron en Castellnou de Seana el martes 17 de julio, una temperatura que superó los 43,8ºC en Alcarràs el 29 de junio de 2019 y que hasta entonces era la más alta.

A estos picos de calor les acompañaron tormentas torrenciales que también afectaron al territorio leridano. Y tras julio, agosto llega con un inusual cambio de temperaturas. Y es que esta primera semana dejará un fuerte contraste con una primera mitad muy calurosa -hasta 38 grados en la capital del Segrià- antes de dar paso, a partir del jueves, a un “extraordinario y breve descenso” de los valores.

Durante esta semana las temperaturas rondarán los 35ºC de máxima, mientras que mañana llegará a los 38ºC. A partir del jueves, los vientos del norte y noroeste, favorecerán un bajón térmico y los termómetros marcarán temperaturas entre 5 y 10 grados por debajo de lo normal para esta época del año, pronosticó Rubén Del Campo, portavoz de Aemet. En concreto, serán “temperaturas más propias de finales de mayo o comienzos de junio que de plena canícula”. Con respecto a la duración de este episodio fresco, se prevé breve, según explicó Del Campo, quien detalló que a partir del sábado, los termómetros volverán a subir favoreciendo el “calor intenso” con valores cercanos a los 40ºC.