TECNOLOGÍA INNOVACIÓN
Un joven electricista de 19 años aficionado a la robótica da vida a un androide
Un joven electricista de 19 años aficionado a la robótica da vida a un androide || Aprendió programación, impresión 3D y electrónica por su propia cuenta a través de vídeos y talleres
A sus diecinueve años, el leridano Albert Samarra ha construido un robot capaz de reproducir los movimientos de una persona y hablar. Hace un año empezó a dar vida a este humanoide bautizado con el nombre de InMoov y al que quiere dotar de inteligencia artificial para que pueda interactuar de forma autónoma. “Siempre me ha apasionado la robótica y el mundo de la electricidad. Ya cuando era pequeño hacía una hélice con el motor de algún juguete y una pila. Me gustaba experimentar y construir”, asegura este joven, que actualmente trabaja como electricista. “Mi sueño siempre fue diseñar un gran robot y, cuando empecé a trabajar, tuve los recursos para hacerlo realidad”.
Y es que no solo ha invertido meses de esfuerzo ensamblando todas las piezas y programándolo, también ha supuesto un coste de 1.500 € que comenzó con la adquisición de una impresora 3D. “A los 12 años empecé a estudiar programación y electrónica por mi cuenta, viendo vídeos, participando en foros online y a través de cursos de robótica”, dice Samarra, que también forma parte del colectivo Makers Lleida. De hecho, en octubre tendrá la oportunidad de presentar su proyecto en la segunda edición de la Fira Maker, creada por varias asociaciones y entidades para acercar el mundo de la impresión en tres dimensiones y la realidad virtual a la capital del Segrià.
Samarra sueña con formar parte de una gran empresa del sector de la robótica y en septiembre empezará a estudiar en La Salle un ciclo superior en Robótica Industrial. Aunque de momento solo es un hobby, explica que “en un futuro me gustaría dedicarme profesionalmente a crear robots que ayuden a los demás”. Y este es, precisamente, uno de los objetivos de InMoov, pues “una vez tenga inteligencia artificial, podría interactuar con mayores y hacerles compañía”.
Un humanoide de 1,70 metros que habla y ‘ve’ colores
El primer paso para la creación de InMoov fue la impresión 3D. “Encontré un robot de código abierto e imprimí todas sus piezas. Este fue el proceso que me llevó más tiempo, entre unos cinco y seis meses”, explica Albert Samarra, que tardó otro mes en ensamblar todos los mecanismos y dio vida a este humanoide de 1,70 metros de altura. “En el ojo izquierdo tiene una cámara con inteligencia artificial que por ahora es capaz de identificar algún color. También tiene servomotores para mover el cuerpo, el cuello, los ojos o la boca como un humano”. Todo ello funciona a través de una Raspberry incorporada en la parte de atrás del robot y que este joven programó desde cero.
El humanoide también puede reproducir textos que se escriben en este ordenador y, según Samarra, el objetivo es que pueda mantener conversaciones de forma autónoma. El robot todavía no está acabado y el siguiente paso es dotarlo de brazos y manos para que pueda coger objetos. “Creo que siempre iré añadiendo actualizaciones y será un proyecto que me llevará toda la vida”.