Verano activo para frenar la soledad

Vivir solo no es sinónimo de estar solo y vivir con alguien tampoco es lo mismo que estar acompañado. Teniendo en cuenta que cada vez hay más personas, especialmente mayores, que pasan por una situación de soledad no deseada, la Fundació ‘la Caixa’ puso en marcha hace unos años el programa Sempre Acompanyats que precisamente pretende dar respuesta al reto de la soledad no deseada de las personas mayores. En Tàrrega, este programa funciona desde el 2017 gracias al ayuntamiento y a Creu Roja Urgell y este verano ha dado un paso más adelante con el proyecto piloto Vivim l’estiu, que ofrece actividades a mayores de 60 años, formen parte del programa o no.

Montse Llopis, técnica del Sempre Acompanyats en Tàrrega, explicó ayer que “ahora el programa tiene un carácter más preventivo y estas actividades de verano, comunitarias y gratuitas, ayudan a los participantes a fomentar la interrelación y a tejer una red social”. Entre las muchas propuestas en las que pueden participar los usuarios durante los meses de julio y agosto, hay talleres de cócteles, como el que se impartió ayer en Altet, tertulias refrescantes en las piscinas, visitas guiadas al Museu Trepat o a la comisaría de los Mossos d’Esquadra, juegos compartidos, o una charla sobre ayudas para el alquiler y otros trámites, entre otras. En las actividades de verano se han inscrito un total de 36 personas que se suman a las 89 que este año ha atendido el programa Sempre Acompanyats en Tàrrega.

En el caso de estas últimas, el objetivo del de la iniciativa es mejorar su autoestima y su empoderamiento a partir de un acompañamiento individual y/o colectivo o también una intervención grupal. Llopis destacó que “el objetivo es poderles dar de alta, ya que esto significa que han sido capaces de tejer y ampliar su red social, hecho que les permite superar la situación de soledad”. Aunque en sus primeras ediciones el programa Sempre Acompanyats iba dirigido a personas mayores de 65 años, ahora ha reducido su edad mínima y se ha abierto también a mayores de 60 años para trabajar la “prevención” antes de que lleguen a la edad de jubilación, que es cuando muchos comienzan a sufrir esta sensación de soledad y vulnerabilidad según los expertos.