El sueño perdido durante las noches de altas temperaturas es irrecuperable
Si el calor extremo tiene consecuencias para la salud, dormir mal también, de modo que las noches tropicales o tórridas suponen un doble riesgo, apunta a EFE Ana Teijeira, neurofisióloga de la Sociedad Española del Sueño (SES).
La temperatura óptima para conciliar un sueño de calidad está entre los 18 y los 21 ºC y se hace casi imposible a partir de 24º; esta cuarta ola de calor ha dejado varias mínimas sucesivas que han rozado los 30º en varias zonas de España. A corto plazo las consecuencias son conocidas, "cansancio, somnolencia, irritabilidad, problemas de concentración, de rendimiento laboral", un agotamiento que también puede provocar accidentes laborales o de tráfico.
Pero dormir poco y mal también causa estragos a largo plazo, y pasar tantos días e incluso semanas con estas mínimas nocturnas puede "provocar alteraciones hormonales, en el sistema inmune, en la tensión arterial, lo cual puede favorecer los eventos cardiovasculares y cerebrovasculares, los infartos al corazón, los ictus...".
Además, "el sueño que hemos perdido estos días de calor tan intenso por las noches es irrecuperable" y su falta no podrá compensarse cuando las temperaturas dejen descansar. ¿Qué habrá que hacer para la próxima? Intentar mantener una regularidad de horarios -aun estando de vacaciones-, dormir con ropa muy ligera y transpirable, tratar de mantener una oscuridad que favorezca el descanso y, lo más difícil, conseguir una temperatura ambiente de entre 18 y 21 ºC"
Y si nada de eso es posible, una ducha de agua tibia, "no muy fría" para intentar bajar la temperatura corporal y que el cuerpo entienda que es hora de irse a dormir.