CELEBRACIONES TRADICIONALES
El Aquelarre más infernal y dantesco
La fiesta del fuego, las brujas y la música de Cervera esquiva la lluvia y reúne unas 30.000 personas || El joven Pol Bosch se estrena en la dirección artística con una buena acogida del público
El infierno de 'La Divina Comedia' de Dante protagonizó el espectáculo central de la 45 edición del Aquelarre. Como es tradición, culminó con la Escorreguda del Mascle Cabró tras varios 'correfocs' en los que se quemaron unos 350 kilos de pólvora. La lluvia respetó la fiesta, que congregó unas 30.000 personas en la capital de la Segarra.
Las calles de Cervera se llenaron de público entre el sábado y la madrugada del domingo con motivo de la 45 edición del Aquelarre, que consiguió esquivar la lluvia y pudo celebrarse con normalidad.
La fiesta reunió a unas 30.000 personas, según la Paeria.En esta ocasión, el espectáculo central estaba dedicado a La Divina Comedia de Dante Alighieri, de modo que Cal Racó se convirtió en un infierno con figuras diabólicas, brujas y hadas, entre otros personajes instalados en grandes estructuras móviles. Invocaron al protagonista de la fiesta, el Mascle Cabró, encargado de poner el broche final a una larga noche de fuego y música con su Escorreguda. El otro gran protagonista de la noche fue el fuego, con la quema de unos 350 kilos de pólvora durante todo el fin de semana en varios correfocs.
La noche del sábado al domingo, fueron de la mano del Ball de Diables de Cervera Carranquers, el Ball de Diables de Vilaseca y al Ball de Diables de la Ràpita del Penedès. La Encesa de la Univesitat se mantuvo, si bien no se hizo desde las ventanas por las obras. El espectáculo se completó con el Ball d e la Polla, la invocación y la aparición del Mascle Cabró y el Foqueral final.
El espectáculo estuvo por primera vez bajo la dirección del joven Pol Bosch, con la ayuda en la puesta en escena de Alea Teatre. Se mostró satisfecho con el resultado, tras haber superado imprevistos y sorpresas como las obras de la Universitat o la lluvia que amenazó con suspender la celebración. Según Bosch, el principal cambio en el espectáculo, que implicó a unas 200 personas, fue la introducción de una banda sonora diferente con más música electrónica, con la producción de Manel Pedrós.