Alternativas al aceite de oliva baratas y saludables para cocinar
El aceite de oliva lleva acumulada en los últimos doce meses una subida del 39% y las previsiones apuntan a que la escalada de precio no ha terminado. No obstante, aunque se trate de un ingrediente básico de la gastronomía mediterránea y con múltiples beneficios para la salud, existen alternativas igualmente saludables y más asequibles que también gozan de una buena versatilidad en la cocina.
Para aliñar ensaladas y platos que requieran aceite sin cocinar, aceites aromáticos como el de nuez o semillas de calabaza son ideales. Si se trata de preparar salsas como mayonesa, se puede combinar el aceite de oliva virgen extra con aceites más suaves como el de girasol, soja o colza.
En frituras, es crucial elegir un aceite que resista las altas temperaturas sin degradarse. El aceite de oliva refinado, girasol alto oleico o aceite de orujo de oliva son opciones económicas. Estos aceites mantienen su estabilidad y sabor neutro al cocinar. Además, se recomienda la utilización de la freidora de aire.
Al hornear, es esencial utilizar un aceite resistente a los cambios de temperatura y con sabor neutro. El aceite de girasol alto oleico es un buena elección. La denominación "alto oleico" se utiliza cuando un aceite tiene un porcentaje de ácido oleico de al menos un 75%. Este alto contenido en ácido oleico lo convierte en un aceite con unas características nutricionales y propiedades más similares al aceite de oliva que al aceite de girasol tradicional. Por su parte, las bajas concentraciones en ácido linoleico (en comparación con el aceite de girasol estándar) también le aportan otra característica positiva, al evitar los efectos negativos de este tipo de grasas poliinsaturada.
En algunas recetas, es posible sustituir el aceite por mantequilla o nata, que añaden sabor y textura. La mantequilla es perfecta para salsas cremosas y repostería, mientras que la nata es una alternativa animal recomendable en ciertos casos.