LIBROS NOVEDAD
Estreno novelístico a los 76 años
Josefina Zamora, vecina de Alpicat, acaba de publicar la historia romántica 'Catalina, amor en espera'
Tras jubilarse, aprendió a usar el ordenador y ya tiene listas otras novelas y cuentos
Josefina Zamora sí que puede afirmar que nunca es tarde para cultivar las letras, la ilusión de su vida. Con 76 años, acaba de publicar su primera novela, Catalina, amor en espera. Nacida en el pueblo jacetano de Marmolejo, llegó a Lleida con poco más de 20 años. “Aprendí a leer y escribir a los 12 años, pero a los 13 ya me tocó dejar los estudios y ponerme a trabajar”, recuerda esta leridana de adopción, vecina de Alpicat. Cuando de adolescente aprendió a “juntar letras”, confiesa que “se abrió un nuevo mundo ante mí y comencé a leer todos los libros que caían en mis manos”.
Madre de cuatro hijos, siempre les explicaba cuentos e historias cuando eran pequeños, pero nunca tuvo tiempo para cultivar su pasión por la literatura. Hasta que se jubiló. Cuando su hijo pequeño se independizó, dejó en casa su ordenador. “No sabía ni cómo se enchufaba, pero me enseñaron en el Casal de Gent Gran de Alpicat y me puse a escribir las historias que tenía apuntadas en libretas”, explica. Hace unos años, en el proyecto cultural digital Granada Costa comenzaron a publicar sus cuentos. Incluso, en 2019 le premiaron uno, Cuentos del abuelo José. “Aquello me entusiasmó y me animó a escribir una novela”. El resultado es Catalina, amor en espera, publicada en autoedición en el sello Editorial Club Universitario de Alicante. “Es una historia romántica costumbrista con dos protagonistas, Catalina y Matías, que se conocieron muy jóvenes, ella era aún una niña, y se enamoraron perdidamente. A ninguno de los dos les importó tener que esperar para que su gran amor se hiciera realidad”.
Asidua en los últimos años de la Feria del Libro de Madrid, “allí me aconsejaron que escriba siempre las historias que tengo dentro, sin hacer caso a lo que digan los otros. Y no me importa pagar la edición, ¡también comenzaron así García Lorca y Vargas Llosa!”. Y en la editorial también la animaron: “Escribir es como aprender a nadar, hay que tirarse a la piscina”. Esto es lo que ha hecho Josefina Zamora, que ya tiene listos el relato juvenil El valle de la luna y un par de novelas más. Y con una dificultad añadida: cuando era un bebé perdió varios dedos de las manos al quemarse en un brasero. “Pero he aprendido a escribir con los que me quedan”, añade sin pena y mucha ilusión.