GUIA
Una tradición muy viva
Miles de personas acudieron ayer a los cementerios leridanos para recordar a los que ya no están y llevarles flores
Con música en directo en Cervera, Aitona, El Palau d'Anglesola o Guissona
Anglesola. Una familia limpiando y colocando flores en una tumba.
Cervera. Alumnos del conservatorio ofrecieron ayer un concierto, en el camposanto.
La Seu. Vecinos llevaron flores a sus difuntos durante toda la jornada.
Guissona. El guitarrista Lluch Madull interpretó un repertorio propio.
Tàrrega. El cementerio se llenó de visitantes en el día de Tots Sants.
Torrelameu. Misa para conmemorar a los que ya no están.
En el Tossal del Faig, entre Coll de Nargó y Peramola, hay un banco de madera encarado al Pirineo en recuerdo de una joven llamada Agatha que murió en octubre de 2013.
Lleida. Visitantes que acudieron ayer por la mañana al cementerio de Lleida para recordar a sus difuntos.
El Palau d’Anglesola. Música en directo en el espacio central del cementerio para recordar a los fallecidos.
Miles de leridanos acudieron ayer a los cementerios de sus localidades para recordar a los que ya no están y cumplir con una de las tradiciones más arraigadas de Tots Sants. A media mañana los pasillos de los camposantos se llenaron de familias que paseaban, recordaban y llevaban flores a sus difuntos. La afluencia de público causó colas puntuales en los accesos y en las paradas de flores en Lleida ciudad, donde las rosas y los claveles fueron las más demandadas.
Por su parte, ayuntamientos como los de Arbeca o El Pont de Suert habilitaron un servicio de taxi gratuito para acceder a sus cementerios mientras que Tàrrega habilitó el bus urbano.
Pero si algo destaca de esta jornada son las actividades culturales que, desde hace años, organizan varios consistorios de Ponent. En Cervera, los alumnos del conservatorio ofrecieron actuaciones individuales y en grupo en el pasillo central del recinto, junto a la capilla de los padres claretianos. A medio día también actuó la coral Lacetània, mientras que durante la jornada se organizó un taller de manualidades y estaba abierto un estand de venta de flores en la entrada del recinto.
También en Guissona, el guitarrista de la Escola de Música Lluch Maduell interpretó en la entrada del camposanto un repertorio propio, L’obaga daurada, que incluyó algunas piezas dedicadas a la comarca como es el caso de Els colors del mar de la Segarra.
Y en Sant Guim de Freixenet actuaron los profesores y alumnos de la Escola de Música L’Espiga. También hubo actuaciones musicales en Rosselló, Linyola, Anglesola, Aitona o El Palau d’Anglesola, donde la jornada se completó con una ofrenda floral a las víctimas de la Guerra Civil.
Los cementerios catalanes se van adaptando poco a poco a la pluralidad de confesiones religiosas y, desde hace tiempo, ya se pueden ver espacios dedicados a colectivos musulmanes, hindús, judíos o chinos. Tàrrega tiene reservado un espacio de 100 metros cuadrados para entierros musulmanes, aunque aún no se ha estrenado.