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VIOLENCIA

Un tercio de las pacientes menores atendidas por violencia sexual en el Vall d'Hebron sufre estrés post-traumático

En el 87% de los casos son niñas que tienen entre 8 y 12 años en los momentos de los hechos

El perfil característico del paciente que reciben es el de una niña de diez años que le hace la revelación a su madre

El letrero del Hospital la Vall d'Hebron de Barcelona.

Imagtge de archivo del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona

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ACN 

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Un tercio de las pacientes menores atendidas por violencia sexual por la Unidad de Atención a las Violencias hacia la Infancia y Adolescencia del Hospital Vall d'Hebron, el 36% del global, sufre estrés post-traumático. Lo han explicado el responsables del servicio, el llamado equipo EMMA, en la presentación de su balance anual. Han detallado que 341 pacientes se han visitado y que de estos, un 80% han sido víctimas de violencia sexual.

Al mismo tiempo, un 60% ha presentado psicopatologías que han necesitado tratamiento especializado. Además, han dicho que en el 85% de los casos el agresor es persona conocida y que muchos de los episodios, el 45%, se dan en el ámbito familiar. Sólo en un 13% de las situaciones el autor de los abusos es un individuo de una edad similar a la víctima.

El equipo EMMA del Hospital Vall d'Hebron es el dispositivo referente para niños y adolescentes menores de 16 años víctimas de violencia sexual en Barcelona. A pesar de que el 80% de los casos que este 2023 han llegado están relacionados con este fenómeno, el servicio también ha dado respuesta a situaciones de violencia física, un 14% de pacientes, y de negligencia en el cuidado de niños, un 2%.

Según ha explicado Anna Fàbregas, coordinadora del equipo EMMA, el perfil característico del paciente que reciben es el de una niña de diez años que le hace la revelación a su madre. “En el 87% de los casos son niñas que tienen entre 8 y 12 años en los momentos de los hechos”, ha explicado.

Ha añadido que un 60% de las víctimas de violencia sexual presentan psicopatologías que hacen necesario un tratamiento especializado. La más común es el trastorno por estrés post-traumático (TEPT), que se ha detectado en el 36% de los atendidos.

Los principales síntomas que presentan estos niños y adolescentes son recuerdos intrusivos y pesadillas recurrentes, evitar situaciones, lugares o personas que se asocian con los hechos vividos, irritabilidad, estado de hipervigilancia, dificultado para experimentar emociones positivas o pérdida de interés en actividades que antes resultaban gratificantes.

Aparte del TEPT, hay otras enfermedades como la depresión, las conductas auto-lesivas o la ansiedad que son habituales entre estos pacientes.

Un año de tratamiento

Mireia Forner, psicóloga clínica del Equipo EMMA, ha detallado que la duración media del tratamiento es un año, aunque "se individualiza según las características de los y las pacientes”. Al mismo tiempo, ha destacado la importancia de hacer un buen acompañamiento emocional y el apoyo del entorno familiar, los cuidadores y cuidadoras o los tutores legales.

En el último año, el cnetro ha puesto en marcha la terapia cognitivo-conductual grupal focalizada en el trauma para adolescentes víctimas de violencia sexual y sus familias. Siete chicas y su entorno próximo han participado en dieciséis sesiones que han tenido muchos buenos resultados segundos los especialistas. “Ayudan a reducir los sentimientos de vergüenza, aislamiento y estigmatización y contribuyen a crear un clima de confianza y romper el silencio de personas que han vivido la misma situación”, ha asegurado Panadero.

Agresor conocido en el 85% de los casos

Les especialistas han remarcado que en el 85% de los casos el agresor es una persona conocida por la víctima. De hecho, han apuntado que muchas de las situaciones que han afectado los y las pacientes se han producido en el ámbito intrafamiliar, un 49% en comparación con los que han tenido lugar en entornos externos a la familia y que representan el 35%. 

Así, en los casos que ocurren en el sí del hogar, es el padre el principal autor de los hechos, en un 30% de situaciones; seguido de la pareja de la madre, en un 19% de episodios; el primo, en un 17%; el abuelo, en un 11%; y el hermano, en un 6%. La escuela y el ocio son otros lugares donde también se han detectado este tipo de agresiones.

En esta misma línea, las especialistas han asegurado que sólo en el 13% de las situaciones el agresor ha sido una persona de una edad similar a la de la víctima, ya fuera del ámbito familiar o del exterior.

Les profesionales del equipo EMMA también se han referido al creciente uso de las nuevas tecnologías y al consumo de contenidos pornográficos. Han recomendado mantener una comunicación abierta con los niños y adolescentes y hacer acompañamiento y supervisión parental.

Campaña de concienciación

De los 314 pacientes que ha atendido el Hospital Vall d'Hebron en el último año por violencia contra niños y adolescentes, el 65% (203 casos) llegaron derivados de profesionales sanitarios de otras instituciones médicas, sobre todo de la atención primaria; un 15% (46 pacientes) de la propia familia; un 10% del sistema catalán de protección a la infancia y la adolescencia (31 casos) y un 7% (21 casos) de centros educativos. “La violencia se da en diferentes ámbitos de la sociedad, está a nuestro alrededor y a menudo no la detectamos”, ha asegurado Panadero que ha considerado que la prevención pasa para formar a los profesionales que tienen contacto habitual con este segmento de la población para que puedan identificar estas situaciones y dar respuesta.

En este sentido, el Vall d'Hebron ha puesto en marcha la campaña 'Actuamos en equipo contra las violencias' que se desarrollará a través de las redes sociales hasta el 20 de noviembre, Día Universal de los Derechos a del Niño.

Código Emma en el servicio de Urgencias

Por otra parte, el 38% de los casos atendidos por el Equipo Emma han llegar al centro a través del servicio de Urgencias. Esta cifra corresponde a 120 pacientes. En el último año, se han formado los profesionales médicos, de enfermería y auxiliares que trabajan en Urgencias para crear un Código Emma específico para atender con la máxima diligencia estos niños y adolescentes, escuchar sus necesidades en unos momentos que son muy delicados y trabajar de forma coordinada con el resto de especialidades.

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