JUICIOS TRIBUNALES
Shakira admite el fraude fiscal y evita entrar en la cárcel
Acepta pagar una multa de 7,8 millones tras llegar a un pacto con la acusación
Shakira aceptó ayer una multa de 7,8 millones de euros al reconocer ante el tribunal que defraudó 14,5 millones a Hacienda entre 2012 y 2014, gracias a un pacto con la acusación que le evita la prisión y le ahorra un largo juicio. Apenas diez minutos compareció la cantante colombiana ante la Audiencia de Barcelona para ratificar el acuerdo que su defensa alcanzó a última hora con la Fiscalía y las acusaciones particulares ejercidas por la Abogacía del Estado y la Generalitat, un pacto que, según apuntó Shakira en un comunicado, le pidieron sus propios hijos. El acuerdo implica el pago de 7,3 millones de euros en multas, lejos de los 23,7 millones que la Fiscalía solicitaba inicialmente para la cantante, y le rebaja a tres los ocho años de cárcel que planteaba el ministerio público para la intérprete por seis delitos contra la Hacienda pública.No obstante, la cantante aceptó pagar 432.000€ más para sustituir la pena de prisión impuesta. Pese a ese reconocimiento de los delitos que se le imputaban (condición indispensable de las conformidades), la artista volvió a cargar contra la Agencia Tributaria, como ya hiciera cuando, en julio de 2020, rechazó un acuerdo con las acusaciones y decidió jugársela en el juicio mientras se proclamaba víctima de la “persecución” de Hacienda y la “intransigencia” de Fiscalía. Subrayó que si aceptó el pacto fue por el bien de sus hijos y de su carrera. “Me sentía lista para enfrentarme a un juicio y defender mi inocencia”, dijo en un comunicado la cantante, que recordó que tenía “dos opciones: seguir peleando hasta el final o cerrar este capítulo de su vida mirando hacia adelante”.
Expectación en el Palau de Justícia
En medio de la inusitada expectación desatada en el Palau de Justicia de Barcelona −donde periodistas y funcionarios de Justicia se disputaban los mejores sitios desde los que avistar a la diva −, Shakira llegó ataviada de rosa pastel y blanco y con unas gafas de sol oscuras que solo se quitó para sonreír a la prensa mientras contestaba cómo se encontraba: “Ahí vamos”. Ya dentro de la sala de vistas, escuchó en silencio los términos del acuerdo enunciados por el presidente magistrado del tribunal y con un breve “sí” y “así es” ratificó el pacto.