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SALUD OCULAR

Los casos de miopía más graves se multiplican por seis entre los adolescentes en cinco años

En Cataluña seis de cada diez adolescentes afirma que no ve bien o que podría ver mejor

Los casos de miopía más graves ya afectan al 8,2% de los adolescentes miopes de 12 a 18 años.Unsplash

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Los casos de miopía más graves, los de más de seis dioptrías, ha pasado de afectar al 1,3% de los adolescentes miopes de 12 a 18 años a afectar al 8,2% en cinco años, del 2017 en el 2022. Es una de las conclusiones del informe 'El estado de la salud visual de los adolescentes en España', presentado por la asociación Visión y Vida, la Fundación Mapfre y Correos Express. El estudio constata que la evolución de la miopía es cada vez más fuerte y destaca que casi uno de cada tres jóvenes de 12 a 18 años es miope. En Cataluña, seis de cada diez adolescentes afirma que no ve bien o que podría ver mejor, por encima de la media española. Los expertos vinculan el empeoramiento de la visión al uso de pantallas, el poco tiempo de ocio en el exterior y los hábitos de vida.

El estudio nace de los resultados obtenidos por tres vías: más de 4.000 tests efectuados en el marco de la campaña 'Ver la vida en 4K', un informe poblacional de test auto-respondido por más de 3.000 jóvenes de 12 a 18 y un análisis de 763 miopes que acudieron a la óptica en el 2017 y volvieron en el 2022, hecho que permite comprobar la progresión de su miopía.

Con toda la información recopilada, el informe concluye que hay un desplazamiento generalizado de los valores hacia las dioptrías más altas. De los 763 miopes de quien se ha analizado como ha progresado la visión, aproximadamente un 1% se situaba en el 2017 en la franja de miopía magna (más de seis dioptrías), mientras que este grupo aumenta hasta un 8,2% en el 2022.

En paralelo, la mitad de los jóvenes (60% en el caso de Cataluña) cree que ve mal o que podría ver mejor. Además, una gran cantidad de menores perciben mucha sintomatología de problema visual. Entre el 37,1% y el 45,3% manifiesta ver doble la pizarra, el 25,1%-20,3% ve mejor si se tapa un ojo; entre el 34,8%-47,2% entorna los ojos para ver mejor, o el 41,3%-40,3% tiene sequedad ocular cuando hace uso de las pantallas.

Aparte, de los más de 4.000 tests hechos en el marco de la campaña 'Ver la vida en 4K' se desprende que siete de cada diez jóvenes de 12 a 18 años necesita gafas o lentes de contacto para ver bien y que más de la mitad de los encuestados tiene miopía. También destaca que siete de cada diez encuestados utiliza el móvil a oscuras antes de ir a dormir y que cuatro de cada diez tienen sequedad ocular cuando abusan de las pantallas. De los tests visuales hechos, se manifiesta que uno de cada tres jóvenes tiene hipermetropía y que un 4,2% supera ya las seis dioptrías y sufre miopía magna.

En definitiva, los expertos señalan que la miopía es una pandemia del siglo XXI y que cada vez hay más jóvenes miopes y por eso creen que es necesario hacer una señal de alarma.

Según Eva Arranz, doctora de Fundación Mapfre, eso se explica porque ahora se utiliza menos la visión de lejos y mucho la más próxima. Aunque la miopía tiene un carácter hereditario, ha explicado en rueda de prensa, hay hábitos que pueden contribuir a ralentizar la progresión, como hacer deporte u ocio en el exterior, una alimentación saludable o un uso adecuado de las pantallas, así como ajustar la luz, hacer descansos o limitar el tiempo por edad.

Elisenda Ibáñez, presidenta y coordinadora (óptico-optometrista) de la asociación Visión y Vida, ha añadido que el problema radica en el hecho de que se le pide al ojo que se pase más de diez horas diarias mirando de cerca.

Evitar el uso de pantallas antes de los 7 años

Lluís Bielsa, vicepresidente de Visión y Vida, ha señalado que el sistema de los menores de siete años no está desarrollado para enfrentarse a las pantallas y, por eso, lo mejor es limitar su uso hasta pasada esta edad.

"El desarrollo y madurez del sistema es crítico en los primeros años de vida", ha indicado. Mirar una pantalla pequeña implica un esfuerzo de enfoque y acomodación, perder la visión tridimensional o un desequilibrio por el hecho de no tener un estímulo visual periférico, entre otros. Además, durante el uso de pantallas se reduce la frecuencia de parpadeo y el ojo se reseca.

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