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El caudal de los ríos del Pirineo podría reducirse hasta un 15 % en 2040, según el CSIC

Una de las principales causas es el incremento medio de la temperatura anual en el territorio pirenaico, que ha sido de 0,8 grados centígrados durante el periodo 1981-2010

El Noguera Pallaresa en Rialp.Edgar Aldana

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efe 

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Los ríos del Pirineo tendrán caudales más bajos y su aportación anual podría llegar a reducirse hasta un 15 % en 2040 y en un 20 % a final de siglo, un hecho motivado por el cambio climático, según un informe de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Esta es una de las principales conclusiones del proyecto internacional 'Piragua', un estudio que constata la reducción progresiva de los recursos hídricos de los Pirineos a lo largo de las últimas décadas y en el que han participado organismos de Francia, España y Andorra bajo el programa europeo Interreg POCTEFA 2014-2020.

Según informa el CSIC en un comunicado, estos resultados se han presentado en dos volúmenes monográficos, uno que analiza el estado presente y futuro de estos recursos hídricos y otro que propone medidas de adaptación al cambio climático y de transformación de la gestión de los caudales.

Los investigadores argumentan que los cambios que se han producido en las últimas décadas se deben tanto al aumento de las temperaturas como a cambios recientes en los usos del suelo, principalmente al aumento de la cubierta vegetal debido al abandono de actividades agropecuarias en las montañas. Añaden que los modelos de simulación de proyecciones climáticas futuras muestran que en las próximas décadas los ríos de la vertiente francesa son los que experimentarán un descenso más acusado de los caudales, aunque también se prevén reducciones en la vertiente sur, sobre todo en la parte central y oriental de la cordillera pirenaica.

Para los investigadores, una de las principales causas de la reducción de los caudales es el incremento medio de la temperatura anual en el territorio pirenaico, que ha sido de 0,8 grados centígrados durante el periodo 1981-2010. Un aumento que ha sido más acentuado en la región central de los Pirineos (cuencas del Gállego, Cinca y Ésera) y en la más oriental, así como en la vertiente norte y, por estaciones, el incremento ha sido más acusado en primavera y verano.

Según el líder del proyecto, Santiago Beguería, investigador asimismo de la Estación Experimental de Aula Dei (EEAD-CSIC) y miembro de la PTI Clima, "los resultados de los modelos muestran de forma muy consistente que en el futuro los Pirineos serán más cálidos y secos, con un incremento general de la aridez tanto en el espacio como en el tiempo, salvo en las zonas más elevadas".

En términos generales, ha añadido, "se producirá un descenso paulatino de la aportación anual de los ríos pirenaicos, que se acentuará conforme avance el siglo y que es más acusada en el escenario de emisiones más pesimista".

Medidas de adaptación

Beguería ha recordado que los Pirineos tienen una "importancia excepcional" en cuanto a la generación de recursos hídricos, al exceder con mucho el ámbito de la propia cordillera, ya que alimentan las necesidades de agua para la agricultura, la industria y el abastecimiento de una amplia región que se extiende más allá de su entorno.

Además, ha advertido de que el agua tiene una "importancia ecológica y paisajística fundamental", lo que, a su juicio, exige la necesidad de abordar la adaptación al cambio climático en el ámbito de la gestión de los recursos hídricos de los Pirineos, tanto a escala local como de cuenca y de cordillera.

Entre las medidas transversales propuestas de adaptación a estos cambios destacan las soluciones basadas en la propia naturaleza, orientadas a mantener y reforzar los servicios ecosistémicos (aquellos que proporcionan un ecosistema a la sociedad), ya que, en su opinión, "representan una alternativa sostenible, y en ocasiones menos costosa, que las inversiones tecnológicas o la construcción y mantenimiento de infraestructuras".

Además, como medida de adaptación fundamental, se plantea promover la participación ciudadana para dar cabida en la gestión de los recursos a lo habitantes locales, al ser ellos "los principales afectados y los que mejor conocen las características del territorio y sus necesidades".

"Desarrollar un diálogo entre ciencia y sociedad es indispensable para impulsar una acción eficaz y compartida para la adaptación al cambio climático en los Pirineos", ha apostillado el investigador.

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