Música y baile contra la soledad

Suena Tengo el corazón contento a las diez de la mañana en el Espai Moreres del barrio de la Mariola. Una fiesta en la que la música y el baile son los protagonistas contra la soledad no deseada. Es el eje principal del proyecto Jarana impulsado por el área de Intervención Comunitaria de la Paeria que actualmente cuenta con una veintena de participantes. Aunque no está pensado solo para personas mayores, la mayoría de usuarios (un 70% mujeres y un 30%, hombres) tienen más de 55 años. Para muchos, es la puerta a perder la vergüenza para crear vínculos con otras personas y participar en otras actividades lúdicas. 

El programa empezó en 2022, con una edición en primavera y otra en otoño. Cada una cuenta con seis o siete sesiones de una hora a la semana con acciones dinamizadas por Maricel Cano, profesora del Aula Municipal de Teatre.

“Se pretende ofrecer un espacio de relación y de encuentro, para trabajar los sentimientos de soledad no deseada, aislamiento y malestar emocional. Queremos que conecten con otras personas y sea una fiesta con juego y baile”, explicaron Joan Canut, jefe de servicio de Gestión Social de la Paeria; Raquel Puértolas, educadora social, y Vanessa Vilas, trabajadora social, ambas del equipo de Intervención Social-Comunitaria del ayuntamiento de Lleida. “Con la pandemia y el confinamiento, muchas personas dejaron de hacer actividades. El objetivo es recuperarlas en espacios de convivencia y de relación como generadores de bienestar”, dijeron. 

Para ello cuentan con la colaboración de entidades como Creu Roja, con Anna Gibert de Sempre Acompanyats, y de CAPs o llars de jubilados. Quedan 3 sesiones, hasta el 19 de diciembre, y aún hay plazas disponibles. Los interesados pueden contactar en comunitaria@paeria.cat o llamando al teléfono 610428485.

«Me ayuda a mover mi cuerpo y a distraer mi mente»

Es la segunda vez que participa en este proyecto y está “encantadísima”. Pilar sufrió un ictus y tuvo que dejar de trabajar. “Para mí fue un shock, por lo que he buscado actividades con las que poder distraer mi mente, mover mi cuerpo y no pensar en la enfermedad”, explica. Empezó haciendo mindfulness y aquí le hablaron de Jarana. “Me encuentro mucho mejor, de aquí salgo súper bien y con ganas de que llegue el martes. He conocido a mucha gente, nos saludamos cuando nos encontramos por la calle. A mí me beneficia muchísimo porque es una manera de que las personas con movilidad reducida puedan hacer deporte y creo que es una actividad que debería llegar a mucha más gente”, destacó. Un sentimiento que compartieron ayer el resto de participantes en la sesión. “Pasas un rato agradable, se pierde la vergüenza y no piensas en nada más que en disfrutar”, señalaron algunas. Una actividad que para otras es la excusa para salir de casa y conectar con otras personas. “Fomentamos la convivencia, la amistad y la integración. Es una manera estupenda de empezar el día”, coincidieron.