Nueva hipótesis sobre la formación de los componentes básicos de la vida
Aunque la vida en la Tierra es relativamente nueva, geológicamente hablando, los ingredientes que se combinaron para formarla podrían ser mucho más antiguos de lo que se pensaba. Según una nueva investigación el aminoácido más simple, el ácido carbámico, podría haberse formado junto a estrellas o planetas dentro de hielos interestelares. Los hallazgos, publicados en la revisa 'ACS Central Science', podrían utilizarse para entrenar a instrumentos del espacio profundo como el telescopio espacial James Webb en la búsqueda de moléculas prebióticas en regiones distantes del universo en las que se forman estrellas.
Durante mucho tiempo se ha barajado la hipótesis de que uno de los componentes básicos de la vida, los aminoácidos, podría haberse formado durante las reacciones de la "sopa primordial" de la Tierra prebiótica primitiva. Sin embargo, otra teoría sugiere que los aminoácidos podrían haber sido transportados a la superficie de la Tierra por meteoritos. Estas rocas espaciales podrían haber recogido las moléculas del polvo o de los hielos interestelares (agua y otros gases congelados por las bajas temperaturas del espacio exterior). Pero como los meteoritos proceden de lugares muy lejanos del universo, los científicos se preguntan dónde y cuándo se formaron estas moléculas.
Para ayudar a responder a estas preguntas, Ralf Kaiser, University of Hawaii (Estados Unidos), y Agnes Chang, de la National Dong Hwa University (Taiwan) querían investigar las reacciones químicas que podrían haber tenido lugar en los hielos interestelares que una vez existieron cerca de estrellas y planetas recién formados. El equipo creó modelos de hielos interestelares que contenían amoníaco y dióxido de carbono, que se depositaron sobre un sustrato de plata y se calentaron lentamente.
Mediante espectroscopia infrarroja por transformada de Fourier, descubrieron que el ácido carbámico y el carbamato de amonio empezaban a formarse a 62 kelvin (-211 grados celsius) y 39 (-243 grados celsius), respectivamente. Estas bajas temperaturas demuestran que estas moléculas, que pueden convertirse en aminoácidos más complejos, podrían haberse formado durante las etapas más tempranas y frías de la formación estelar. Además, los investigadores descubrieron que a temperaturas más cálidas, similares a las producidas por una estrella recién formada, dos moléculas de ácido carbámico podían unirse, formando un gas estable.
El equipo planteó la hipótesis de que estas moléculas podrían haberse incorporado a las materias primas de los sistemas solares, incluido el nuestro, y haber llegado a la Tierra primitiva a través de cometas o meteoritos una vez formado el planeta. Esperan que este trabajo sirva de base para futuros estudios que utilicen telescopios potentes para buscar indicios de moléculas prebióticas en los confines del espacio.