INFANCIA NUEVAS TECNOLOGÍAS
Siete de cada diez niños ya tienen móvil
Según la última encuesta del INE, el porcentaje es del 70,6% de los menores de 10 a 15 años en España y del 68,8% en Catalunya
La cifra sube 2,1 puntos respecto a antes de la pandemia
La sociedad está inmersa en un debate sobre la prohibición y regulación del uso del móvil por parte de los menores y las cifras explican por qué. La última estadística del INE apunta a que siete de cada diez niños y niñas de entre 10 y 15 años ya cuentan con un smartphone. En el caso de España, el porcentaje es del 70,6% y en Catalunya, del 68,8%. Según la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, esta cifra ha aumentado en los cuatro últimos años, sobre todo a causa de la pandemia, lo que llevó a un mayor uso de las nuevas tecnologías. Respecto a 2019, el porcentaje de niños y niñas de entre 10 y 15 años que tienen móvil ha subido 2,1 puntos en Catalunya y hasta 4,6 puntos en el conjunto de España. Sin embargo, otra cifra a tener en cuenta que apunta la estadística del INE es que un 23,3% de los niños de 10 años ya tienen móvil, porcentaje que se eleva al 45,7% a los 11 años y al 72,1%, a los 12. En el caso de los adolescentes, con 15 años cerca del 95% ya disponen de un smartphone.
Hace solo unos días, por impulso de dos profesoras, la toledana Ángela Sánchez-Pérez y la barcelonesa Natalia Jiménez, se registraron más de 63.000 firmas como petición popular en el Congreso de los Diputados para restringir el uso de móviles en menores de 14 años debido a los efectos perjudiciales observados por los docentes en la atención y el desarrollo pedagógico de los alumnos. Y a la vez se extiende desde Catalunya un movimiento surgido inicialmente en un grupo de Whatsapp de madres y padres de Barcelona a los que se han sumado cientos de familias leridanas.
Formar, poner límites y educar con el ejemplo
El Pla Educatiu d’Entorn de Tàrrega organizó ayer el ‘Pantalles! Què faig si no hi ha pantalla?’ en el que Montse Freixanet, coach experta en adicciones tecnológicas, dio algunos consejos sobre cómo trabajar la prevención a la adicción a las tecnologías. Freixanet recomendó a las familias “formarse e informarse” asistiendo a charlas, leyendo artículos o acudiendo a profesionales expertos, así como la importancia de “poner límites”. Reconoció que “da miedo” a las familias y que “no saben cómo hacerlo a pesar de tener razones de peso”, teniendo en cuenta que “venimos de una educación muy autoritaria, mientras que ahora el cambio de paradigma parece que está al otro lado, pero tenemos que responsabilizarnos de la educación de nuestros hijos y su salud mental, y los límites son muy necesarios”. El último pilar al que hizo referencia es “educar con el ejemplo, siendo primeros en hacer cambios”. Freixanet quiso aclarar que el taller no estaba relacionado con el movimiento ‘Adolescència lliure de mòbil’ ni tenía como objetivo prohibir la tecnología o el móvil. “Pienso que las nuevas tecnologías nos aportan más que nos desaportan, si bien es cierto que un mal uso de estas tiene muchos riesgos” apuntó.
Cuatro de cada cinco víctimas no son conscientes del ciberacoso
Cuatro de cada cinco víctimas no son conscientes de que sufren ciberacoso, según una encuesta a 2.400 jóvenes del Observatori Social de la Fundació ‘la Caixa’. El trabajo también apunta a que casi la mitad de los jóvenes españoles de entre 12 y 17 años han vivido algún tipo de ciberagresión, y el 9,5% también ciberacoso. El informe señala que los adolescentes que han tenido que afrontar estos episodios presentan una pérdida de calidad de vida y manifiestan más síntomas de depresión, ansiedad y estrés. Asimismo, revela que los jóvenes con necesidades específicas de apoyo educativo tienen el doble de riesgo de convertirse en víctimas y muestran peores resultados en los indicadores de bienestar psicosocial. Según la encuesta, el 46,8% de los jóvenes manifiesta haber experimentado algún tipo de violencia y acoso por medios cibernéticos en los últimos meses. Palabras ofensivas o insultos, ser ignorados o excluidos de alguna red social o de un chat o haber recibido amenazas, son las ciberagresiones más comunes. En cuanto a la baja percepción de ser víctima, el trabajo indica que “las víctimas han normalizado la situación, quitándole importancia”.