SOSTENIBILIDAD
Sostenibilidad, el equilibrio entre ganadería y bienestar animal
El 10 de diciembre es el Día Internacional de los Derechos de los Animales
Este 10 de diciembre, conmemorando el Día Internacional de los Derechos de los Animales, es buen momento para reflexionar sobre algo que a menudo damos por sentado. Y es que el trato adecuado hacia los animales, ya sean pollos, cerdos o terneros, no solo garantiza su bienestar, sino que también contribuye a su salud, mejorando así los rendimientos y elevando la calidad del producto final.
Sin embargo, es importante destacar que la implementación de mejoras en los estándares de protección animal ha contribuido a modernizar y fortalecer la competitividad de nuestras granjas. Por lo tanto, la idea de que la reciente revisión de la Ley de Bienestar Animal de la Unión Europea pueda llevar a la inviabilidad y eventual desaparición de las explotaciones ganaderas, no solo carece de respaldo, sino que también resulta injusta. El principal objetivo de la normativa pretende mejorar las condiciones en lugar de perjudicar a la industria.
Los beneficios de aplicar medidas de protección animal son conocidos por los criadores de cerdos y terneros, entre otros. Han impulsado la investigación en veterinaria, industria química, genética, mecánica y transporte, resultando en avances tecnológicos clave para fórmulas más eficientes. Estas fórmulas logran un equilibrio entre el beneficio económico y el respeto hacia los animales.
Además, han sido fundamentales como factor distintivo en producciones tradicionales, cría en extensivo, denominaciones de origen y sistemas ecológicos. Sus altos estándares en bienestar animal, superando a las explotaciones industriales, han captado la atención de los consumidores conscientes. De esta manera, el bienestar animal contribuye de manera efectiva a preservar nuestros paisajes rurales tradicionales.
Greenwashing
Hace años hubo un cambio de paradigma: el bienestar animal pasó de ser un antojo de grupos de ciudadanos individuales a una exigencia social. A finales de 2022, siete de cada diez consumidores españoles manifestaron estar interesados en el tema, según el último monográfico del Barómetro del clima de confianza del sector agroalimentario del Ministerio de Agricultura. Esto ha hecho que también las producciones industriales y las grandes distribuidoras se vistan de verde y disfruten de sus ventajas, tanto en imagen como en valor añadido. En este clima, se han adherido a esquemas de garantía y a campañas como el “Fin de Jaulas” o el “Compromiso Europeo del Pollo”.
Ahora bien, los problemas de apostar por el bienestar animal no vienen por su uso, sino por su abuso. El de ciertos sistemas productivos que, pretendiendo mejorar la protección de sus reses, esconden su inviabilidad futura desde una perspectiva medioambiental y social. Y, de paso, eliminan competencia, acabando con las producciones alternativas y tradicionales al apropiarse indebidamente de sus valores.
El bienestar animal es uno de los conceptos que más ha sufrido el conocido greenwashing. En parte se debe a un sistema de certificaciones y etiquetado caótico y confuso. Por ejemplo, los huevos procedentes de gallinas encerradas en una nave se denominan “huevos de gallina suelta en gallinero”. Confunden así al comprador, que no puede percibir la diferencia entre el concepto “suelta” y “libertad”. Además, siguiendo con el caso del huevo, los sistemas para garantizar su trazabilidad son claramente mejorables.
Sostenibilidad futura
Pese a todos los retos, el bienestar animal se ha convertido en un elemento identificador y diferenciador de la ganadería de la Unión Europea. En ningún otro lugar del mundo existe una legislación tan amplia y completa como aquí. No pone en riesgo la productividad del ganadero europeo, sino que es garantía de su supervivencia en el mercado y asegura su calidad frente a producciones de países no comunitarios. El anuncio hecho por la Comisión Europea de avanzar en la legislación sobre bienestar animal se encarga de proteger esta posición puntera y mantener su lugar ventajoso en el mercado.
Para aprovechar toda su potencialidad, el bienestar animal debe integrarse en el concepto de sostenibilidad, sustentando criterios de viabilidad económica, medioambiental y social, conjuntamente, en vez de arropar un sistema de producción industrial obsoleto. Es el mandato del maltrecho Pacto Verde Europeo y la única vía para que en el futuro sigamos hablando de ganadería europea. Y para fomentar este cambio, la Política Agraria Común (PAC) resulta una herramienta clave. Ella tiene el poder de apoyar sin fisuras a modelos extensivos, alternativos y ecológicos, además de eliminar toda ayuda a las explotaciones industriales.