ESNOTICIA
Uno de cada cuatro niños de entre 8 y 11 años consumen pornografía
Alarma de los expertos y charlas de los Mossos d'Esquadra en escuelas e institutos
Los estudios coinciden en el elevado consumo de pornografía entre los más jóvenes, a la que acceden a partir de los 8 años. SEGRE asiste a charlas de prevención en redes sociales que ofrecen los Mossos d'Esquadra en centros educativos leridanos mientras educadores y expertos apuestan por limitar el acceso y más educación con perspectiva de género.
Siete de cada diez jóvenes consumen pornografía, contenido al que acceden a partir de los 8 años. Son cifras alarmantes en las que coinciden varios estudios y expertos, quienes abogan por la prevención, más educación afectivosexual y control parental para limitar los efectos de este consumo a edades muy tempranas y crear mentes críticas que sean capaces de lidiar con lo que se encuentran en internet. La sexóloga y educadora María Margalejo, de Nemesis Sexología, afirma a este diario que la media de acceso al contenido pornográfico ha descendido “muchísimo”, y, aunque no es lo más común, a partir de los 8 años pueden empezar a acceder a él, lo que no quiere decir que lo consuman. “Si hablamos de consumo de pornografía, la edad media en chicos es a los 14 años y en chicas, a los 16. En cuanto al porcentaje de personas que la consumen antes de los 18, hablamos de un 75,8% en hombres y un 35,5%, en mujeres”, señala.
Al respecto, la investigación Juventud y pornografía en la era digital. Consumo, percepción y efectos, del Centro Reina Sofía de Fad Juventud y financiada por el ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, señala que un 25% de los niños de entre 8 y 11 años miran pornografía, y un 6,5%, antes de los 8. Asimismo, indica que uno de cada cuatro jóvenes ve contenidos con violencia física y verbal. “Hay que tener en cuenta que no es lo mismo ver por primera vez pornografía habiendo mantenido algún contacto erótico previo que cuando no lo hemos tenido. Siempre digo lo mismo y es que un chico o chica de 16 años la vea, no me preocupa en absoluto (siempre que no aparezcan componentes de adicción). Sin embargo, cuando esto ocurre a los 10, 11 o 12 años, el impacto de las imágenes es mucho mayor”, afirma Margalejo.
Sobre las consecuencias que puede tener este acceso tan precoz, apunta que se asumen mayores conductas de riesgo, como no usar preservativo; se asocia el sexo con conductas más violentas (idea de despersonalización, menos vínculo emocional); se asumen roles de género muy marcados (con hombres mucho más activos, placer centrado única y exclusivamente en el hombre), y se presenta una imagen distorsionada de la vida sexual. En la misma línea, la doctora Berta Aznar Martínez, profesora e investigadora de la Facultad de Psicología, Ciencias de la Educación y del Deporte de Blanquena, afirma que la pornografía está impulsando una imagen distorsionada de la sexualidad en los jóvenes, con modelos estereotipados al extremo y con una hipersexualiación e insensibilización hacia la violencia. “La mujer deja de ser un sujeto para convertirse en un objeto pasivo que debe complacer al hombre”, apunta.
Según Aznar, es un peligro que estos modelos se acojan como reales a edades tan tempranas. “No podemos permitir que se normalicen y se debe regular el acceso, que ahora es tan sencillo y gratuito, para dar herramientas a los padres para que puedan ejercer el control y apostar por una educación afectivosexual con perspectiva de género”, defiende. En la prevención sobre los riesgos que asumen los menores en las redes sociales, los Mossos d’Esquadra hace años que acuden a los colegios para hacer diferentes charlas y talleres. Alexandra Rivero y Montse Vaquer forman parte de la Oficina de Relaciones con la Comunidad de los Mossos en el Segrià.
En sus visitas a los centros se han encontrado casos de todo tipo, desde una alumna que acudió a ellas después de que su expareja compartiera una foto íntima hasta un niño de Primaria que vendía imágenes de sus compañeros por un euro. “Trabajamos la prevención para evitar que sean víctimas y también delincuentes. Que tomen conciencia del peligro y lo que comporta según qué conducta en la red. Hablan alegremente de que han entrado en aplicaciones de intercambio sexual o que por curiosidad acceden a páginas de pornografía al encontrarse publicidad en redes sociales como TikTok”, comentan. “A las familias les decimos que hay que ser conscientes de que nuestros hijos tienen este acceso ilimitado a internet y que, aunque no busquen pornografía, se la encuentran”, afirman. Sobre si puede derivar en violencia sexual, señalan que se suele vincular esta violencia a espacios de ocio nocturno, algo, a su parecer, equivocado. “Esto hace que dejemos de ver muchas violencias sexuales, y la mayoría pasan con personas de nuestro entorno de confianza”, advierten.