Aprender a ir al médico sin miedo

Saber cómo funciona un hospital a través del juego para que los más pequeños pierdan el miedo a los profesionales sanitarios. Este es el objetivo del Hospital de Ositos de Peluche que cada año organiza la Associació d’Estudiants de Ciències de la Salut (AECS) de la Universitat de Lleida en colaboración con la Paeria y que ayer volvió a abrir sus puertas en la ludoteca municipal de La Bordeta. Durante toda esta semana, el personal médico y de enfermería de este singular hospital serán más de trescientos niños y niñas de I-5 de nueve colegios de la capital del Segrià −Parc de l’Aigua, Pardinyes, Enric Farreny, Sant Josep de Calassanç, Maristes Montserrat, Joc de la Bola, Minerva, Espiga y Pràctiques I−. Todos ellos se encargarán de auscultar concienzudamente a sus peluches, hacerles radiografías, curarlos y vacunarlos para que no enfermen. El objetivo de la iniciativa es que “los más pequeños se familiaricen con el entorno hospitalario y los centros de salud con el fin de que pierdan el miedo a la bata blanca, enseñándoles que los profesionales sanitarios están ahí para ayudarles”, explica la coordinadora Local de Salud Pública de la AECS, Mireia Mallorquí. 

En la consulta, los niños y niñas pueden vacunar a sus peluches y hacerles una exploración física usando los martillos de reflejos o los fonendoscopios. En la sala de radiografías, pintan las lesiones que aparecen en las imágenes que reproducen el esqueleto de sus muñecas, ositos o perros de peluche. También pasan por el quirófano, donde se visten con gorros y batas para operar y curar a sus juguetes. De la mano de sesenta estudiantes de los diferentes grados de Ciencias de la Salud como Medicina, Enfermería o Fisioterapia, quienes se encargan de hacer funcionar este Hospital de Ositos de Peluche, los más pequeños también aprenden a cepillarse los dientes correctamente. “Los pequeños se lo pasan genial durante toda la actividad, en la que les explicamos por qué es importante ir al médico y qué hacemos por ellos. Queremos que la próxima vez que vayan a la consulta no vean al profesional como una figura extraña y se sientan un poco más seguros”, destaca Mallorquí. El Hospital de Ositos de Peluche se recuperó el año pasado después de dos años de parón por la pandemia de la Covid-19.

«Estas actividades me ayudan a ser mejor profesional»

“Me gustan los niños y quiero ser enfermera pediátrica. Actividades como esta me ayudan a conocer los temores de los pequeños y aprender a tratarlos para ser mejor profesional. A ellos también les ayuda a perder el miedo al médico, pues estamos ahí para ayudarles”.