POBLACIÓN DEMOGRAFÍA
Crecimiento natural a la baja
Según los datos del INE, en 171 municipios de Lleida murieron en 2022 más personas de las que nacieron
Se disparan los matrimonios, un 20% más, sobre todo de personas del mismo sexo
El 74% de las poblaciones leridanas registraron el año pasado un crecimiento vegetativo negativo. Esto significa que un total de 171 municipios de las comarcas leridanas tuvieron más defunciones que nacimientos. Son datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística que muestra que en 2022 solo en una treintena de municipios nacieron más bebés que personas murieron mientras que en otros 30, el saldo fue 0, es decir, nacieron el mismo número de personas que las que fallecieron.
Según la estadística publicada ayer por el Idescat, en el conjunto de la provincia el año pasado se contabilizaron un total de 3.232 nacimientos, lo que significa un ligero repunte respecto a 2021, cuando hubo 3.216. Sin embargo, la natalidad sigue a la baja con la cifra más baja desde 1999. Entretanto, cabe destacar el incremento del 19,7% de mujeres que son madres a partir de los 40, con un total de 327 en 2022. También suben los nacimientos por parte de mujeres menores de 30 años y por debajo de los 20. Pese al aumento de los nacimientos, la cifra de defunciones sigue siendo superior, con un total de 4.547 en las comarcas leridanas en 2022, cinco menos que un año antes. Por ámbitos territoriales, el Alt Pirineo i Aran (10,56‰) y Ponent (10,25‰) ocupan el segundo y tercer puesto en Catalunya de las tasas brutas de mortalidad más altas, aunque el Idescat señala que son los ámbitos que presentan una población más envejecida. Entretanto, la estadística apunta un aumento significativo del número de matrimonios, con un total de 1.487 durante el año pasado, la cifra más alta en las últimas dos décadas y un 20% más respecto a 2021. Casi nueve de cada diez enlaces se celebraron por lo civil y hubo 32 uniones de personas del mismo sexo, la cifra más alta de los últimos años en las comarcas leridanas.
Lleida, La Seu, La Pobla de Segur y Balaguer
En la capital del Segrià, el año pasado murieron 239 personas más de las que nacieron. Le siguieron La Seu d’Urgell, con un crecimiento vegetativo negativo de 61, así como Balaguer (-47), La Pobla de Segur (-44), Les Borges Blanques (-37) y Tremp (-37). Un total de 171 municipios leridanos registraron un saldo vegetativo negativo durante el año pasado.
Guissona, Mollerussa, Torrefarrera y Tàrrega
Según los datos publicados por el INE, el año pasado una treintena de municipios leridanos registraron un incremento natural de población. En Guissona, nacieron 48 personas más de que las que fallecieron, localidad a la que le seguieron Mollerussa, con un saldo positivo de 37; Torrefarrera, con 24, así como Tàrrega, con 23, y Alpicat, con 16.
Albesa, Els Plans de Sió, Montferrer y Torregrossa
Otra treintena de municipios no registraron movimiento natural al contabilizar los mismos nacimientos que defunciones, como Albesa, Montferrer i Castellbò, Els Plans de Sió o Torregrossa. Según la estadística sobre los fenómenos demográficos del INE, el año pasado en el conjunto de las comarcas leridanas murieron 1.315 personas más de las que nacieron.