«El Estado, como Dios, necesita poco para probar que existe»

Ferran Casas y Joan Rusiñol son dos periodistas con apellidos de

artistas que en ‘Espanya no es toca’ (La Campana, 2023) explican

que lo primero que hace Pep Guardiola antes de un partido es analizar el rival. Casas y Rusiñol dicen que cuando España ve peligrar su unidad lanza el estado profundo para garantizar que no se mueva nada y dan un número abrumador de ejemplos para sostener su tesis. Después de leer su libro piensas que Guardiola, tras analizar semejante rival, renunciaría a los 3 puntos y no se presentaría al campo.

“El Estado es como Dios, necesita muy poco para demostrar que existe”. En su libro ponen esta cita en boca de un gran conocedor de las entrañas del poder del que guardan el anonimato. Lo hacen tras explicar que el gobierno de Rajoy sacó 10.000 millones de bancos catalanes tras el 1-0. Unas cifras de esta magnitud pueden hundir cualquier entidad bancaria.

JOAN RUSIÑOL. Por un lado existe el estado estricto, el que representan el Congreso y todas las instituciones formales, y por otro el estado ampliado, más invisible, que tiene como finalidad última preservar la unidad de España, porque es la forma de preservar sus privilegios. Para comprobar la existencia de ese estado ampliado a veces con poco es suficiente. Un ejemplo sería cuando Pedro Sánchez acude a La Zarzuela tras ser investido presidente del gobierno. La cara que pone el rey, que controla muy bien la puesta en escena y la comunicación no verbal, lo dice todo.

Con Milei se le vio más contento, sí. En su libro hablan ustedes con muchos periodistas, políticos e intelectuales. Uno de ellos es Juan Carlos Monedero, que mantiene la tesis que el golpe de Estado del 23-F triunfó porque logró sus objetivos: disciplinar al PSOE, entrar en la OTAN, parar la exhumación de fosas y dar marcha atrás en el desarrollo autonómico con la LOAPA.

FERRAN CASAS. Seguramente tiene parte de razón. El 23-F logró reducir una marcha el proceso de democratización. Condicionó mucho la llegada del PSOE al poder. Lo alcanza con una mayoría absoluta brutal de 202 diputados, una cifra que no se ha repetido nunca, y ese partido del antifranquismo hereda un estado que ya tenía una Constitución pero que había hecho una transición sin remover las estructuras del franquismo, sobre todo en el mundo de la justicia y en el de la policía, y el PSOE tampoco las remueve. Entre la profundización democrática y la estabilidad, la concordia, el ingreso en la OTAN, etcétera, elige lo segundo porque quiere evitar que haya tensiones sociales y políticas.

J.R. Lo que sí hace el 23-F es democratizar el ejército, entre otras cosas porque con la entrada de España en la OTAN los militares empiezan a viajar, a conocer idiomas.. Y todo eso hace que se modernicen. Por eso, cuando se produce el embate por parte del independentismo entre el 2014 y el 2017, los que cogen el relevo del PP y del PSOE como defensores del régimen del 78 no son los militares, sino los jueces. 

F.C. Hay que tener en cuenta que determinadas actuaciones que pueden traspasar los límites de lo que sería aceptable en un estado democrático se hacen desde la impunidad de un juez que sabe que, aunque dicte una sentencia desproporcionada y cabe la posibilidad de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos le desautorice dentro de diez años, nadie le reclamará responsabilidades, y hasta es posible que acabe en el Consejo General del Poder Judicial o en el Tribunal Constitucional.

Javier Melero, cuando le dicen que con su defensa técnica obtuvo los mismos resultados nulos que los abogados más políticos en el juicio del ‘procés’, dice que el resultado también habría sido el mismo si hubiera hecho malabarismos con tres naranjas, y nostros habríamos estado más entretenidos. También dice que la verdad siempre resplandece, pero para entonces ya se ha ido todo el mundo.

J.R. En el caso Otegi, por ejemplo, después de pasarse 6 años en la cárcel y haber sido inhabilitado, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tumba la sentencia y la Audiencia Nacional dice: “vale, ya repetiremos el juicio”. Bueno, es que no debería tratarse de repetir el juicio, sino de que alguien asumiera responsabilidades.

F.C. Y de que se tomen medidas para que, si se detectan casos de lawfare, no vuelva a ocurrir. 

J.R. Durante el trienio 2014-2017, que es cuando los poderes del Estado ven las orejas al lobo porque se creen más débiles de lo que realmente son, hacen un cálculo reputacional y concluyen que están dispuestos a pagar el coste de determinadas medidas porque hay un valor superior al de la calidad democrática que es la unidad de España.

F.C. La idea de la unidad de España no nace en la Constitución. Es preconstitucional, al igual que la idea de Catalunya es preestatutaria. Yo creo que España es un estado democrático. No tiene ni la mitad de amonestaciones que otros estados democráticos de Europa como Hungría o Polonia. Pero el estado democrático español tiene intermitencias cuando ve amenazada su soberanía nacional o la monarquía. Entonces las luces del estado de derecho se apagan y a oscuras puede ocurrir cualquier cosa.