Despoblación y crecimiento: así ha variado la población de la provincia de Lleida en 20 años

En veinte años han pasado muchas cosas. En 2003 la atención mundial se la llevaban las operaciones de Estados Unidos a Irak, que acabaron con la caída de Sadam Husein. Corría el año del clamor del No a la guerra, y de la foto de los tres de las Azores: Bush, Blair y Aznar. Fue el año de despedir a Jordi Pujol, políticamente hablando. Su sucesor, Artur Mas, ganaba las autonómicas catalanas pero no lograría la mayoría absoluta. Maragall sería el nuevo presidente de la Generalitat con Carod Rovira dándole la llave. Aquel 2003 moría Copito de Nieve y el príncipe Felipe presentaba la que sería su mujer y futura reina, Letizia Ortiz.

A Lleida vino el Rey Juan Carlos a estrenar la nueva línea del AVE, y se inauguraban la variante sur de la ciudad y la nueva pasarela que cruzaba el río entre los Camps Elisis y la rambla Ferran. Empezaban las obras del Segarra-Garrigues e Isidre Gavín mandaba en la Diputación de Lleida mientras el Caprabo Lleida jugaba en la ACB. Ha llovido mucho desde entonces, aunque últimamente menos de lo que nos gustaría.

También ha cambiado la población de nuestra provincia, que ha pasado de 377.000 habitantes en 2003 a los 450.000 actuales. Pero no todo ese crecimiento ha sido equitativo e igual en todo el territorio. Mientras algunas poblaciones han llegado a duplicar la población, como Alcarràs o Torrefarrera, otras la han perdido de forma ininterrumpida. Es el caso de la mayoría de municipios del sur de Les Garrigues y del Urgell (Juncosa, Bellaguarda, Bovera, Verdú, Guimerà...), y de la parte central de Lleida (Baronía de Rialb, Bassella, Organyà.. .). Los municipios de la Franja, los del eje de la autovía y la mayoría del Alt Pirineu, han visto aumentada su población.

La ciudad de Lleida, a su vez, ha pasado en 20 años de los 118.000 habitantes a 143.000 actuales.

En el siguiente mapa podrá ver la diferencia. En tonos rojos, los municipios que han perdido población. En verde, en cambio, los que la han ganado. Cuanto más fuerte sea el color, mayor es la ganancia o pérdida