GUIA
Un leridano en el equipo de la película ‘La sociedad de la nieve’ de Bayona
Sergi Villacampa fue la mano derecha del cineasta Juan Antonio Bayona en el film 'La sociedad de la nieve'
Participó en el rodaje, conoció a los supervivientes y viajó al lugar del accidente
El último y aclamado film del cineasta catalán Juan Antonio Bayona, La sociedad de la nieve, no pudo llevarse el domingo el Globo de Oro pero sigue cosechando excelentes críticas por el realismo con el que cuenta una de las mayores historias de supervivencia: el 13 de octubre de 1972 un avión se estrelló en la cordillera de los Andes y dieciséis personas lucharon por vivir hasta que fueron rescatadas 72 días después. La cinta, que cuenta con trece nominaciones a los Goya y opta a Mejor Película Internacional en los Oscar, es una superproducción con 60 millones de euros de presupuesto y más de 600 horas de rodaje.
El leridano Sergi Villacampa ha vivido de cerca todo el proceso de producción al lado de Bayona, ha conocido a los supervivientes de la tragedia y ha dormido en el lugar exacto del accidente en los Andes, a unos 4.000 metros de altitud. Aunque su pasión es la cocina y se dedica a abrir restaurantes por todo el mundo, durante la pandemia hizo un paréntesis para formar parte del equipo de La sociedad de la nieve como asistente de director. Explica que la crisis sanitaria supuso un impás para el sector de la restauración y Bayona, con quien comparte una gran amistad desde hace siete años, le propuso formar parte de esta aventura. “Acompañé al director en todas sus tareas y funciones de esta película, lo que me permitió vivir una experiencia brutal y muy enriquecedora”, explica Villacampa. “La preproducción se llevó a cabo en un estudio en Barcelona, donde teníamos una maqueta a escala 1:1 del avión para que los actores se acostumbrarán a moverse en el set −tras el accidente, quedó inclinado unos 40 grados y el objetivo era relatar la historia lo más veraz posible−”.
El rodaje duró más de 150 días y se desarrolló entre Sierra Nevada, donde había tres decorados; Uruguay y Argentina, incluyendo también la localización real del accidente. “Todo el material de filmación tuvo que transportarse con helicópteros y porteadores”, recuerda Villacampa que, junto a Bayona, hizo un primer viaje al corazón de los Andes para conocer de cerca el lugar del siniestro. “Estuvimos caminando dos días para llegar y dormimos en tiendas de campañas. Fue una de las peores noches, con temperaturas extremas y una gran fatiga por el mal de altura. Te imaginas el sufrimiento de los supervivientes, que hablan del accidente como ‘el infierno’”.
De hecho, los testimonios de la tragedia estuvieron implicados activamente en el rodaje. “Siempre estaban al teléfono para narrar la historia de forma fidedigna. También entrevistamos a los familiares de las víctimas. Todo el rodaje fue muy emotivo”. Bayona llevaba 10 años preparando el film, que se inspira en el libro homónimo. De hecho, de él extrajo el nombre de otro gran film, Lo imposible.