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Un estudio indica que hacer una ecografía Doppler al final del embarazo podría reducir complicaciones

Un ensayo con 11.500 gestantes abre la puerta a evitar 1.150 complicaciones neonatales graves anuales en todo el Estado

Una mujer embarazada se hace una ecografía.

Imagen de archivo de una mujer embarazada a quien le hacen una ecografía.

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Determinar el flujo de los vasos del cerebro del feto y de la placenta mediante un estudio Doppler en la ecografía del tercer trimestre permite detectar bebés en riesgo de presentar complicaciones postparto. Esta es la principal conclusión del estudio internacional y multicéntrico RATIO37 en que han participado el Hospital Clínic y el Hospital Sant Joan de Déu.

El trabajo ha revelado que inducir el parto a término en estos casos podría reducir a la mitad la tasa de ingreso en la UCI neonatal. Les datos se desprenden de un ensayo que se ha hecho durante seis años y en que han participado 11.500 gestantes de riesgo bajo. El trabajo se ha publicado 'The Lancet' y se calcula que esta prueba permitiría evitar 1.150 complicaciones neonatales graves anuales a todo el Estado.

Aunque menos de un 1% de los bebés en gestaciones de bajo riesgo presentan complicaciones que requieren el ingreso en la UCI las últimas 2 o 3 semanas de embarazo o al nacer, cuando estos episodios suceden son muy traumáticos para las familias. Una de las causas más habituales es que la placenta deje de funcionar de forma adecuada. Esta situación se conoce como insuficiencia placentaria y puede derivar en problemas de falta de oxígeno al bebé cuando aparecen contracciones del útero y durante el parto. Detectar los casos de riesgo de insuficiencia placentaria es clave porque se puede valorar acabar el embarazo al llegar al final de la gestación (37 semanas) y reducir mucho las complicaciones graves o incluso evitarlas.

Hasta ahora, la detección de este riesgo se ha basado en hacer una ecografía al final del tercer trimestre para identificar a los bebés con peso bajo, circunstancia que muchas veces está producida por la insuficiencia placentaria. Con todo, los expertos consideran que este método no permite detectar la totalidad de los casos de riesgo. “Algunos bebés con peso normal también sufren insuficiencia placentaria, que al haber aparecido tarde, no ha llegado a producir un crecimiento fetal reducido”, han señalado.

En este contexto, han apuntado que una prueba con ecografía Doppler que mide la circulación de la sangre por el cordón umbilical y el cerebro, denominada ratio cerebro-placentario (RCP), puede detectar la insuficiencia placentaria. Hasta ahora, esta prueba sólo se hacía en casos muy indicados.

Estudiar la función placentaria en todas las embarazadas

El estudio RATIO 37 se ha planteado la posibilidad de extender el estudio del funcionamiento placentario con RCP en la ecografía de tercer trimestre de todos los fetos, independientemente de cuál fuera el peso fetal querido. Han participado varios centros internacionales y lo han dirigido Francesc Figueras, jefe del servicio de Medicina Fetal del Hospital Clínic de Barcelona (IDIBAPS), y Eduard Gratacós, director de BCNatal (Hospital Clínic y Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, IDIBAPS e IRSJD). La primera firmante del trabajo es Marta Rial Crestelo, del grupo de Medicina Fetal y Perinatal (IDIBAPS y CIBERER).

“Pensamos que estudiar la función placentaria sólo en feto de bajo peso limitaba la detección de la insuficiencia placentaria y que extendiendo este estudio a toda la población podríamos mejorar la detección de los bebés en riesgo de requerir ingreso en la UCI y prevenirlo mediante la inducción del parto al final de la gestación”, ha explicado el doctor Figueras.

Así, el ensayo se ha hecho durante seis años y ha tomado parte más de 11.500 mujeres con embarazos de abajo riesgo. En la ecografía de las 36 semanas se midió el RCP en todas las mujeres, pero las participantes fueron divididas al azar en dos grupos. En unas, la prueba se utilizaba para cambiar el manejo de la gestación y, en caso de salir alterada, se proponía a la mujer una inducción precoz del parto al llegar al término. En las otras, el resultado de la prueba no se comunicaba y se manejaba el embarazo según los protocolos vigentes.

Evitar 1.150 complicaciones neonatales graves cada año

El estudio comparó los números de casos de muerte del bebé y de complicaciones neonatales graves (que incluían, entre otros, problemas neurológicos, intestinales, cardiacos, renales o respiratorios, con una estancia en la UCI de 10 días o más) que se producían en cada grupo.

Los resultados demostraron que hubo complicaciones neonatales graves en un 0,38% de los embarazos en que se había utilizado el RCP y en un 0,73% de los que no se utilizaron. Ha hecho falta un estudio tan grande como este para poder demostrar una diferencia que en apariencia es pequeña, pero que representa reducir 3,5 casos de complicaciones graves por|para cada 1.000 embarazos clasificados como de bajo riesgo. Si estas cifras se extrapolan al total de partes en España en el 2022 (330.000), se podrían evitar 1.150 complicaciones neonatales graves.

“Los resultados son muy relevantes, aportan unos datos que serán fundamentales en un debate científico de más de 10 años y representan un avance en el desarrollo de mejores maneras de refinar la detección de embarazos de riesgo y prevenir complicaciones neonatales graves”, ha apuntado Gratacós.

Selección más esmerada de las inducciones al parto

Un beneficio adicional del estudio es que permite avanzar en el objetivo de ser muy estrictos en la selección de casos que se benefician de una inducción al parto. Algunas sociedades científicas y profesionales internacionales dan apoyo a la opción de inducción del parto al final de la gestación en embarazadas que no han tenido partos previos porque se reducen las complicaciones neonatales severas y no empeora la tasa de cesáreas.

Sin embargo, los expertos alertan de que comportaría provocar el parto a la mitad de las embarazadas. Este estudio demuestra que se puede identificar de manera mucho más selectiva, concretamente un 5%, las gestaciones que realmente se benefician de esta medida.

El estudio se ha hecho a seis países diferentes y ha contado con colaboradores de una quincena de hospitales y centros.

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