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La ergofobia, el miedo de enero al trabajo

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EFE

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La vuelta a la rutina, después de las fiestas, se hace cuesta arriba para muchas personas, pero hay algunas que llegan a sentir un miedo desproporcionado e intenso por la vuelta al trabajo. Es lo que se conoce como"ergofobia".

Hay quien está a gusto con su trabajo, disfruta de sus facetas y asume los contratiempos como un reto y un aprendizaje. Para otros, trabajar solo es un medio de vida con unas tareas y horarios que tienen que cumplir a cambio de recibir unos honorarios.

Otras personas, dependiendo de cómo van las cosas, lo que les espera ese día o su estado de ánimo, pasan la jornada entre la satisfacción y un malestar difuso; entre la indiferencia y el aburrimiento; entre la apatía y el entusiasmo.

Pero algunas sienten un temor desproporcionado, persistente e irracional al trabajo que podría definirse como un “miedo irrefrenable a acudir a su lugar o puesto de trabajo habitual”.

Cuándo y cómo aparece la ergofobia o miedo al trabajo

La ergofobia puede manifestarse antes, durante o después de la jornada laboral, según el Instituto Psicológico Claritas (IPC).

El malestar que experimenta la persona con ergofobia puede ser tan intenso que le impide realizar sus tareas laborales de manera natural y adecuada, e incluso dificultar el desempeño de quienes buscan empleo y afrontan pruebas de selección de personal, según el IPC.

Esto puede ocurrir al reincorporarse al trabajo, después de las vacaciones estivales o de invierno, o lapsos vacacionales más breves, como las Fiestas navideñas o la Semana Santa.

Sin embargo, esta fobia es distinta de la simple tristeza o dificultad de adaptación que sentimos al reanudar la rutina laboral tras un descanso temporal. De hecho, puede presentarse en cualquier época del año o etapa de la vida laboral de una persona.

"Provoca un elevado sufrimiento, que puede manifestarse de diversas formas, produciendo ansiedad, preocupación constante, pensamientos negativos y síntomas físicos", señala la psicóloga y ‘coach’ Pilar Guerra, especializada en trastornos emocionales y de conducta.

Causas del malestar

“El miedo irracional al trabajo puede tener causas profundas que varían de una persona a otra, y entre las que se pueden incluir las experiencias traumáticas o negativas relacionadas con el trabajo, como un despido inesperado o un ambiente laboral tóxico o estresante”, señala Guerra.

“También puede estar relacionado con problemas de autoestima o ansiedad social, por los cuales la persona teme ser juzgada, evaluada negativamente o rechazada por sus colegas o superiores”, añade.

Indica, además, que otras posibles causas de la ergofobia pueden ser la falta de un interés genuino de la persona en la ocupación que desempeña, una sensación de falta de control sobre el trabajo que realiza, o la percepción de no ser capaz de cumplir adecuadamente las funciones que se le han asignado.

Este trastorno psicológico puede ser desencadenado por situaciones específicas en el trabajo, como una presentación en público, una evaluación de desempeño, una reunión con los jefes, o incluso puede comenzar a producirse por la simple idea de tener que cumplir con responsabilidades laborales.

“También pueden surgir desencadenantes relacionados con el estrés, como las cargas de trabajo excesivas o los plazos muy ajustados”, apunta Guerra.

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