Los catalanes tienen un nivel de satisfacción con la vida de 6,9 sobre 10, medio punto más que el año pasado

Los catalanes tienen un nivel de satisfacción con la vida de 6,9 sobre 10, según el indicador de bienestar subjetivo, una nueva herramienta que ha presentado el Gobierno este martes y que tiene que aportar datos para mejorar las políticas públicas. El informe se basa en encuestas a unas 4.000 personas, y siete de cada diez de ellas se muestran satisfechas en un grado superior a 7 sobre 10. Según el indicador, los catalanes se sienten por término medio medio punto más felices que el año pasado (6,4), y creen que el próximo año todavía lo serán más (7,1). La sanidad, la seguridad ciudadana y la sostenibilidad son las políticas públicas que contribuyen más a la satisfacción, mientras que la salud y la familia son los aspectos de la vida personal con más impacto.

Los principales factores que se han relacionado con la satisfacción con la vida de manera espontánea son la salud (38% de los encuestados), la familia (38%), la situación económica (34%) o el ámbito laboral (33%). La vida personal (28%) y el bienestar emocional (20%) son otros temas que los participantes del informe creen que tienen su impacto en su bienestar. El contexto político y global (5%), la vivienda (5%) y la salud mental (3%) son los que menos se han mencionado.

Así, los encuestados creen que el sistema sanitario catalán afecta en su satisfacción con la vida en un grado de 8 sobre 10. Se trata del aspecto colectivo a que dan más importancia, seguido de la seguridad ciudadana (7,4), el medio ambiente y la sostenibilidad (7,2), la situación política en Cataluña (6,8), la situación de las mujeres (6,7) y el sistema educativo (6,7).

Sobre la situación actual en que se encuentran los ámbitos con que derivan en políticas públicas, los participantes en el estudio los suspenden todos, poniendo la situación del catalán en primer lugar (4,6), por delante de la situación de las mujeres (4,5), la ciberseguridad (4,4) y el sistema educativo (4,3). En la cola, se encuentran la situación política en Cataluña (3,2), el acceso a una vivienda digna (3,2) y la situación política internacional (3,3).

La salud y la vida familiar, los ámbitos de la vida personal más importantes

Por otra parte, la encuesta también recoge que el estado de salud es el aspecto de la vida personal que afecta más al nivel de satisfacción general, en un nivel de 8,8 sobre 10. La vida familiar (8,6), el tiempo que disponen para la familia (8,4), la vivienda (8,3) y la educación (8,3) también son ámbitos especialmente importantes.

Con respecto a qué grado de satisfacción tienen personalmente sobre estos aspectos, la educación (7,5), la vida familiar (7,4), el ambiente de trabajo (7,1) y la vivienda (7,1) encabezan un ranking que cierra el tiempo dedicado al deporte o actividades físicas (5,5), la situación económica (5,9) y las condiciones económicas del trabajo (6,0).

Cuanto más ingresos, más felicidad

Así, los participantes coinciden en destacar ampliamente la economía como el aspecto que podría incrementar el nivel de satisfacción con la vida. De hecho, la vulnerabilidad económica tiene especial influencia en la satisfacción con la vida, que se reduce a medida que disminuye el volumen de ingresos mensuales en 1,5 puntos. Mientras que la gente que vive en hogares que superan los 5.000 euros mensuales de ingresos se sitúan en el 7,5 de felicidad, los que no llegan a 1.000 euros se quedan en el 6. Además, los que tienen problemas para llegar a final de mes o para comprar productos para una alimentación equilibrada no llegan al 5, mientras que los que nunca tienen esta vulnerabilidad pasan del 7.

La vivienda es otro ámbito clave, ya que las personas con riesgo de perder su vivienda o con peligro de sufrir un corte de suministros energéticos están en torno a los 4 puntos, mientras que los que no tienen ningún problema de este ámbito superan el 7. De la misma manera, los que viven en un piso propio pagado son los más satisfechos, con un 7,2, mientras que los que viven de alquiler (6,6) o alquiler compartido (6,4) lo están menos.

Jubilados y parejas con hijos menores, los más felices

En conjunto, el grado de felicidad de los dos géneros es prácticamente idéntico, mientras que por edades, los jóvenes de 18 a 29 años son los que se muestran menos optimistas (6,5), pero la satisfacción crece a medida que pasan los años; así que los mayores de 65 años lideran el ranking (7,2). La gente con un nivel de estudios alto también tiene mayor bienestar que el resto.

Por colectivos, las personas jubiladas o pensionistas (7,2) son los que tienen un nivel de felicidad más alto, seguidos de los que tienen un trabajo remunerado (6,9). Les personas paradas son los que tienen un valor más bajo (5,8). Además, los trabajadores públicos (7,2) superan ligeramente a los asalariados al sector privado (6,8) y a los autónomos (7,1).

En cuanto a composiciones familiares, las parejas con al menos uno de los dos miembros de más de 65 años y las parejas con hijos menores de edad son los que están más a gusto con su vida, y los que viven en un hogar monoparental con un menor al cargo son los que lo están menos (6,1).

La cultura y el deporte incrementan la satisfacción con la vida

El indicador de bienestar subjetivo, que prevé más oleadas de encuestas durante el año para llegar a 10.000 personas, también muestra que la cultura y el ocio también tienen un impacto. Por ejemplo, las personas que van al cine, a conciertos o a otras actividades culturales y artísticas como mínimo una vez al mes sitúan su grado de satisfacción en más de uno 7, mientras que los que nunca participan se quedan en, aproximadamente, el 6,5. En la misma línea, hacer deporte o leer cada día también eleva la felicidad hasta el 7,3, y no hacerlo nunca la deja en el 6,4.