Adiós a los cromados en coches y motos: la Unión Europea prohíbe su uso a partir de 2024
Las relucientes tonalidades cromadas de los vehículos están llegando a su fin en Europa. Esta medida, impulsada por la Unión Europea, responde a su grave impacto en la contaminación ambiental y la salud humana. Las emisiones contaminantes derivadas de estos tonos metálicos son hasta 500 veces superiores a las generadas por un motor diésel.
Los colores estridentes o llamativos de los coches y motos son una atracción tanto en las carreteras como en los concesionarios de España. Sin embargo, su reinado está próximo a terminar. El año 2024 marca el adiós definitivo a los cromados en Europa. Aunque este cambio puede no afectar a una gran parte de la población debido a su asociación con vehículos exclusivos o de alta gama, muchos elementos de los automóviles y motocicletas actuales incorporan estas tonalidades. Desde los marcos hasta las piezas interiores en los coches más lujosos, los cromados están presentes en diversos componentes.
El uso generalizado del cromo hexavalente, una forma tóxica del metal cromo, en la aplicación de estas tonalidades es el principal motivo detrás de esta prohibición. Esta sustancia ha sido asociada con graves problemas de salud, incluyendo cáncer de pulmón y daños en el hígado. Los efectos nocivos del cromo hexavalente se extienden tanto a los trabajadores de la industria automotriz como a los conductores y peatones expuestos a las emisiones.
La Unión Europea tomó medidas en 2017 mediante la directiva REACH, otorgando siete años a la industria para encontrar alternativas viables al cromo hexavalente. Si bien esta medida afecta a la fabricación de nuevos vehículos cromados a partir de 2024, no se aplicará retroactivamente a los vehículos existentes. Sin embargo, cualquier cambio en el color de un vehículo debe ser notificado a las autoridades pertinentes, como la Dirección General de Tráfico y la compañía de seguros correspondiente.
Los fabricantes del sector ya están explorando materiales alternativos para mantener la estética cromada sin comprometer la salud ni el medio ambiente.
La prohibición de los cromados en coches y motos marca un importante paso hacia la protección del medio ambiente y la salud pública en Europa, al tiempo que impulsa la innovación en la industria automotriz hacia alternativas más seguras y sostenibles.