La nueva cúpula de Sant Ramon

Sant Ramon instaló ayer martes la cúpula en el cimborio del acceso principal al santuario, una mole de madera tratada con sistemas ignífugos, con un peso de 2.200 kilos y un diámetro de 4,6 metros. Fue levantada 15 metros por una grúa hasta situarla sobre la torre. Según explicó el prior de la comunidad mercedaria, Francisco Marín, el proyecto ha significado la culminación de las obras del santuario, que quedaron paralizadas en 1835 como consecuencia de la desamortización eclesiástica. El edificio pasó más adelante a titularidad del obispado de Solsona que lo retornó a los mercedarios en 1901. Se trata de la entrada principal al edificio, la gran escalinata, como la conocen los mayores de Sant Ramon. Quedó a medio construir, lo que ha obligado hasta ahora a acceder al edificio usando la escalera de los aposentos de los frailes. También se ha reforzado la escalinata y se ha levantado una estructura metálica provisional que da firmeza al cimborio y permite el afianzamiento de la nueva cúpula.

El arquitecto Josep Albert Adell explicó que el trabajo lo ha realizado la empresa de Lleida Borniquel, con una madera tratada con un recubrimiento que la hace ignífuga para evitar que un incendio pudiera destruirla. El coste de las obras es de 200.000 euros, financiados a través del 2% que destina a cultura el ministerio de Transportes. El santuario de Sant Ramon, un edificio de casi una hectárea de superficie, tiene una comunidad entre frailes y novicios de unas diez personas. El santuario recibe unas 10.000 visitas al año y tiene su jornada de mayor afluencia el 31 de agosto con la celebración de la fiesta del santo. Si bien la primera construcción de un monasterio en este lugar se remonta a 1245, el actual edificio comenzó a edificarse en 1674.

Sin ayudas de la Generalitat, que usó cinco años el edificio como depósito

El alcalde de Sant Ramon, Josep M. Ribera, lamentó ayer que la Generalitat no haya invertido nunca en el histórico edificio de la Segarra, especialmente teniendo en cuenta que durante 5 años utilizó dos alas del inmueble como almacén de libros de las bibliotecas de Catalunya (1995-2000). El peso de los volúmenes provocó graves problemáticas en la estructura del inmueble, que finamente, y a pesar de las promesas del Govern que nunca se hicieron realidad, tuvieron que reparar los mismos mercedarios con la ayuda de voluntarios de la localidad.En las últimas dos décadas, se invirtió en el santuario dentro de un proyecto marco de recuperación del inmueble barroco un total de 2,5 millones de euros. La financiación corrió a cargo del ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, con una aportación del 75%, y el resto a cargo de la comunidad de mercedarios. Por su parte, la diputación de Lleida financió hace 4 años la reparación de la fachada principal barroca del edificio. Este histórico inmueble fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1980. Destaca en su interior el retablo del artista de Bellpuig Jaume Perelló. También el gran claustro del convento y las colecciones museísticas de exvotos y de pesebres. El santuario está abierto durante todo el año, y los mercedarios se ocupan también de realizar las homilías en una decena de poblaciones de la comarca.