LLEIDA
Un circo que no para de crecer
La sección creada en el Inefc Lleida en 2017 ya cuenta con 174 alumnos y es la que tiene más inscritos del club
Luciana, su directora, transmite su pasión tras no haber podido ser gimnasta
Les teles són un dels exercicis que més pràctica requereixen
Tres grups infantils, amb les monitores, comparteixen l’espai els dijous a la tarda.
“Yo quise ser gimnasta circense y, por mi cuerpo, no me dejaron. Pensé que jamás iba a hacer sentir a una niña esto que sentí yo”. De una historia de desamor con el circo, germinó la sección más numerosa del Inefc Lleida a día de hoy, con hasta 174 inscritos. Luciana Spadafora se define como una apasionada de la gimnasia, aunque para ella es sólo una excusa para aprender a cuidarse. Impartía clases en Argentina, su país natal, cuando conoció a una profesora de esta facultad de Lleida que quedó encantada con su método educativo. Le ofreció ir durante un mes a Catalunya para impartir clases a formadores y quedaron tan satisfechos que volvió cuatro veranos más.
Y fue en 2017, cuando le propusieron fundar una escuela de circo en la capital del Segriá. Luciana emprendió una nueva etapa lejos de casa con ilusión, pero también con mucha incertidumbre. “Remamos mucho al principio porque sólo teníamos tres niños y nos iban a cerrar el grupo. Suerte que apareció una familia con cuatro hijos y pasamos a ser más”, relata. El club apostó mucho por enlazar la actividad física con las artes escénicas mediante esta disciplina y gracias al poder del boca en boca empezó a crecer. En la actualidad, la sección ya cuenta con 174 personas repartidas en siete grupos de niños y cinco de adultos, además de seis monitoras. Las clases de circo del Inefc Lleida reúnen a aficionados desde los tres años hasta casi la sesentena, ofreciendo sesiones de acrobacia de suelo, acrobacia aérea, habilidades gimnásticas y telas, entre otras. Ahora han llegado al punto de tener que limitar las inscripciones en algunos grupos, algo impensable en sus inicios.Los alumnos de este deporte no participan en competiciones, la meta es otra. Se trabaja mucho el cuidado del cuerpo y los buenos hábitos psicológicos. Desde el club hablan con orgullo del último grupo en florecer, compuesto por una decena de madres. “A mí me gusta que los familiares no estén solamente en las tribunas. También quería encontrar un lugar donde fueran los protagonistas”, confiesa Luciana. Ahora se muestra satisfecha de haber construido una rutina en que los niños “entienden y respetan” el espacio de sus madres.La nueva escuela ha logrado avivar la llama del circo que nació en el Inefc Lleida cuarenta años atrás con un grupo de aficionados que entrenaba por las tardes. Luciana resume el objetivo de la sección en una sola idea: “A mí me apasiona y si pude transmitir una gota de pasión a mis alumnos, mi misión está completada”.