LLEIDA
Devoción sin brecha de género
Las mujeres hace años que tienen más presencia en la Semana Santa leridana, según defienden las cofradías
El paso de La Somereta cuenta con una docena de costaleras de un total de 62
Las cofradías calientan motores desde hace días para tenerlo todo listo de cara a la Semana Santa, que arrancará el próximo viernes en las comarcas leridanas con la procesión de la Mare de Déu dels Dolors de Bellpuig, y en Lleida ciudad, con la procesión de las Palmas con el paso de La Somereta, el Domingo de Ramos. Aunque el tema de la igualdad sigue siendo debate en otras zonas del Estado, en Lleida la presencia de la mujer en los diferentes pasos hace años que ha dejado de ser algo inusual y cada vez tienen más presencia. Un ejemplo de ello es el paso de La Somereta, de la Confraria de la Sagrada Família i Sant Cristòfol. Su presidente, Francisco Seijo, asegura a SEGRE que desde el primer día han contado con mujeres en el paso como costaleras. “Salimos en 2003 y, por lo menos, ya había una mujer que llevaba el trono a hombros y ahora mismo ya pasamos de la docena. Hay una buena representación y de todas las edades, siendo las más jóvenes de unos 22 años”, destaca.
Según Seijo, en Lleida “nunca se ha evitado la participación de la mujer en la Semana Santa y en todas las cofradías hay mujeres. Sí que es cierto que en los últimos años han tenido más interés, sobre todo de gente más joven”. En total, el día de la procesión salen 62 personas debajo del trono de La Somereta y este año se estrena un joven de 18 años que cumplirá su sueño de ser costalero desde que tenía 10 tras alcanzar la mayoría de edad. “No hay ningún requisito especial, es hasta que el cuerpo te lo permita”, asegura Seijo, que también reivindica el resto de personas que participan en la procesión. “La gente se queda con el costalero, es lo que más llama la atención, pero la procesión es de todos”, señala. Este evento religioso cuentacon entre 25 y 30 personas que participan en las filas y, además, tiene entre 15 y 17 niños y niñas. “Estamos contentos de poder decir que tenemos una buena cantera. Esperamos con impaciencia la procesión”, destaca.
Marta Gallart, de 36 años, es una de las costaleras del paso de La Somereta. Empezó como cofrade y no tardó en portar el trono. “Entramos en 2015 con mi marido y ahora también forman parte mi padre y su cuñado, y mi tío, además de mis hijas”, explica a este diario. Tiene claro que la experiencia lo vale. “La emoción se vive de forma distinta porque cuando vas en filas ves el esfuerzo de tus compañeros costaleros y, cuando lo eres tú, ves la alegría de los que van en fila”, relata. Una emoción que transmite a sus hijas. “La pequeña, que tiene 7 años, ya quiere serlo”, resalta. Sobre si es duro ser costalera, replica que “sarna con gusto no pica. Te tomas un ibuprofeno y listo”.