Lleida, séptima ciudad europea en consumo de cocaína pero cae en el consumo de esta droga
En un estudio realizado por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), junto con la Agencia de Medicamentos de la UE, se ha constatado una disminución notable en el consumo de éxtasis a través del análisis de las aguas residuales de 88 ciudades europeas, incluida la ciudad de Lleida. A diferencia de los incrementos observados en otras sustancias, el éxtasis o MDMA ha mostrado una reducción del 27% en su presencia en las aguas residuales, destacándose como la única droga analizada que va en retroceso.
El estudio se basa en la detección de metabolitos, residuos químicos específicos que se excretan a través de la orina después del consumo de drogas, que después llegan a las estaciones depuradoras. Esta metodología permite a los investigadores estimar los patrones de consumo de drogas a gran escala sin interferir en la privacidad individual. La investigación, que cubre una amplia gama de estupefacientes, incluyendo la cocaína, el cannabis, la anfetamina, la metanfetamina, la ketamina y el éxtasis, ofrece un panorama único sobre las tendencias de consumo de drogas a Europa.
El hecho de que el éxtasis sea la única droga que ha visto reducido su consumo podría reflejar cambios en las preferencias recreativas, posibles intervenciones efectivas en la salud pública o el impacto de campañas de concienciación sobre los riesgos asociados a esta sustancia. Este hallazgo es particularmente interesante en el contexto de un aumento generalizado del consumo de otras drogas, especialmente durante los fines de semana, cuando se registran picos de consumo relacionados con el ocio nocturno.
Lleida, que figura entre las ciudades con mayor consumo de cocaína por habitante según este estudio, también se encuentra en una posición destacada en términos de presencia de metabolitos de cannabis, situándose en el sexto lugar de la clasificación europea. Estos datos subrayan la necesidad continua de estrategias de prevención y de información sobre las drogas, así como la importancia de seguir investigando las tendencias de consumo para adaptar las políticas públicas de manera efectiva.
Esta reducción en el consumo de éxtasis podría abrir nuevas líneas de investigación sobre la efectividad de las intervenciones de salud pública y la concienciación sobre los peligros del consumo de drogas sintéticas. Mientras Europa sigue luchando contra los desafíos del consumo de drogas, estudios como este ofrecen herramientas valiosas para comprender mejor y combatir este fenómeno complejo.