El gas radón radioactivo, con más riesgo en el Pirineo

Las comarcas del Pirineo de Lleida, junto con el Maresme y la Selva, son las que concentran una mayor presencia del gas radón, principal fuente de la radioactividad natural, que si queda contenido en espacios cerrados puede llegar a ser cancerígeno. Un reportaje de TV3 advirtió ayer que aproximadamente un 50% del territorio catalán tiene presencia, en mayor o menor medida, de este gas invisible que abunda en la zona pirenaica y también está presente en diversos puntos del llano de Lleida. A menudo, en el suelo de estas zonas del territorio hay granito, que contiene uranio, desde donde se desprende el gas radón. Si se dispersa al aire libre no supone ningún problema, pero si queda contenido en espacios cerrados, por ejemplo en plantas bajas de casas o edificios, puede ser cancerígeno. De hecho, es la segunda causa de cáncer de pulmón, por detrás, a mucha distancia, del tabaco. Se calcula que entre el 3 y el 14 por ciento de los casos tienen su origen en la inhalación de radón, y que provoca unas 140 muertes anuales en Catalunya. 

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la exposición a este gas debe de ser muy continuada para generar daños en la salud. Por ello, desde 2020, una directiva de la Unión Europea establece medidas de protección en las casas de las zonas con mayor riesgo, ante los daños potenciales del radón. Actualmente, la normativa obliga a medir las concentraciones de este gas solo en subterráneos y lugares en los que se trata agua. Desde 2020, tambié afecta a la construcción de edificios. El Consell de Seguretat Nuclear dispone de mapas que marcan cuáles son las zonas donde es más probable que haya gas radón. En estas zonas, y por ley, todos los edificios de nueva construcción ya deben hacerse aislando el suelo de manera que el radón no pueda concentrarse en los espacios interiores. También debe tomarse esta medida si se hace una reforma integral que afecte el suelo de la construcción.