RECONOCIMIENTO PERSONAS MAYORES
Manos con sabiduría
Anglesola crea L'Arbre de les Mans plasmando en un muro las huellas de los vecinos que tienen más de 85 años
Iniciativa de memoria colectiva que pretende lograr que perviva su recuerdo
Las personas mayores son poseedoras de mucha sabiduría, producto de sus experiencias de vida y aprendizajes. Anglesola apuesta por mantener vivo el recuerdo de sus vecinos, y por este motivo el ayuntamiento ideó L’Arbre de les Mans, del que son protagonistas los abuelos y las abuelas del municipio dejando la huella de su mano en una pieza de arcilla fresca que se cuece en un horno para convertirse en una placa de cerámica conmemorativa. La suma de cada pieza va conformando L’Arbre de les Mans que está previsto que vaya creciendo cada año con nuevas incorporaciones plasmando así un vivo recuerdo de los vecinos de Anglesola que perdurará a lo largo de los años. La alcaldesa, Carme Miró, destacó que “L’Arbre de les Mans es una iniciativa de memoria colectiva que pretende demostrar el cariño que tenemos a nuestras personas mayores las generaciones más jóvenes, personas que debemos poner en valor porque han crecido con la cultura del esfuerzo y son auténticos maestros de vida, son nuestro tesoro y nuestra historia”.
La iniciativa empezó celebrándose el día 11 de diciembre, coincidiendo con la festividad del patrón Sant Pau, con los vecinos que cumplían 90 años. De momento, L’Arbre de les Mans muestra 24 manos de 24 vecinos nacidos entre los años 1923 y 1932.Este 2024 el ayuntamiento, con el apoyo de la asociación de jubilados, ha decidido ampliar la iniciativa, de modo que ayer convocó a todos aquellos que tienen entre 86 y 90 años y, a partir del próximo diciembre, la fiesta se celebrará cada año con los que hayan cumplido 85. Actualmente en el municipio hay 39 vecinos de entre 86 y 90 años de los que 18 asistieron al acto que tuvo lugar a Cal Gassol. Después de una fotografía de grupo, dejaron plasmadas sus manos para la posteridad.
Emotivo reencuentro lleno de recuerdos y vivencias
El acto de ayer se convirtió en un emotivo encuentro entre los asistentes, algunos de los cuales reconocieron que hacía muchos años que no se veían. Mientras esperaban para dejar grabadas sus huellas, compartieron un vermut que estuvo lleno de recuerdos y vivencias. Además, el ayuntamiento proyectó algunas antiguas fotografías del libro Anglesola. Viatge en el temps, editado por Enric Valls y que explica la transformación del pueblo en imágenes a lo largo de los últimos 125 años y del que en pocos días se agotó la primera tirada de cien ejemplares. La alcaldesa dedicó unas palabras al vecino Jaume Vall Borda que falleció hace unas semanas tras una dilatada trayectoria como escritor, costumbrista y activista.