España, el séptimo país más feliz del mundo, según un ránking internacional
España es el séptimo país más feliz del mundo, según un estudio.
Según el informe del Instituto Hot or Cool de Berlín, conocido como "Happy Planet Index (HPI)", España ocupa la séptima posición entre 147 países analizados. En este estudio se han priorizado aspectos como la satisfacción personal, la longevidad y la huella ecológica.
El HPI ofrece una visión integral de cómo los países gestionan sus recursos para asegurar una vida saludable y feliz a sus ciudadanos, sin comprometer el equilibrio del planeta. España ha ascendido cinco lugares en comparación con la edición anterior del índice, consolidando así su posición como un país con un creciente bienestar colectivo. En Europa, solo Francia y Portugal se sitúan en posiciones similares, aunque ligeramente por debajo de España.
Uno de los factores determinantes en el éxito de España en este ranking es su alta esperanza de vida, que alcanza los 83 años, situándola en el noveno lugar a nivel mundial en este aspecto. Esta cifra contrasta significativamente con la esperanza de vida en Estados Unidos, que se sitúa en 77.2 años, colocando a este país en el puesto 102 de la tabla de 147 naciones analizadas. Este dato evidencia que el desarrollo económico no siempre se traduce en la felicidad de sus habitantes.
En términos de bienestar, España obtiene una puntuación de 6.5 sobre 10, ubicándola en el puesto 28 a nivel mundial. Sin embargo, en cuanto a la huella ecológica, medida en hectáreas globales por persona, España se encuentra en una posición menos favorable, ocupando el puesto 91 entre los países analizados.
El informe destaca que el HPI no debería reemplazar las métricas existentes, pero sí fomentar la adopción de medidas alternativas de progreso por parte de los países. Además, señala que el aumento del PIB no garantiza una mayor felicidad personal, y que los altos niveles de consumo y producción pueden contribuir al deterioro ambiental sin mejorar la salud ni la felicidad de la población.
En resumen, el HPI subraya la importancia de encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico, el bienestar humano y la sostenibilidad ambiental, alentando a los países a adoptar medidas que promuevan una vida saludable y feliz dentro de límites medioambientales adecuados.
