TREMP
Identifican un cocodrilo del Jussà de 70 millones de años
Estudio de fósiles excavados a mediados de 1950 en una mina de Suterranya
Evidencia la diversidad más allá de los dinosaurios
Restos del fósil con un cocodrilo marino actual en la arena. - PEXELS BAJO LICENCIA CC0 1.0
Un nuevo estudio publicado en la revista Historical Biology describe los restos de un cocodiliforme excavadas a mediados del siglo pasado en el Pallars Jussà. Su análisis revela que este ejemplar, con una antigüedad de unos 70 millones de años, pertenecía a una especie diferente de las ya conocidas de los yacimientos contemporáneos próximos. La investigación supone una nueva evidencia de la diversidad de faunas de vertebrados, más allá de los dinosaurios, en Europa durante el Cretácico superior, poro antes de la extinción masiva de hace 66 millones de años.
Los restos fueron encontrados, a finales de la década de los 50, por un empleado de una mina explotada para el carbón en Suterranya. Josep Montané trabajaba en esta mina y recogió varios fósiles, entre ellos el fragmento de un cráneo parecido a un cocodrilo. Permeneció olvidado hasta el 2023 y este ejemplar, que ahora forma parte de la colección del Museu de la Conca Dellà de Isona, fue finalmente estudiado por Riccardo Rocchi (Universidad de Bolonia) y Bernat Vila (Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont y Museu de la Conca Dellà). Tras analizar el cráneo, los investigadores han determinado que este fragmento pertenecía a un ejemplar de la familia de los alodaposúquidos, un grupo de cocodriliformes hoy extinguido. Además, Montané también encontró unos dientes que fueron atribuidos a la especie Allodaposuchus subjuniperus. Los investigadores señalan que este hallazgo abre un escenario donde al menos dos especies diferentes de alodaposúquidos posiblemente coexistían en el mismo ecosistema costero como un hábitit con una biodiversidad notablemente rica.
Un fósil robado descubrió una nueva especie
En 2020, un fósil robado en Coll de Nargó permitió descubrir una especie de cocodrilo de 71,5 millones de años. El fósil fue robado poco antes de su extracción en 2013 y recuperado en pocas semanas gracias a la intervención de los Mossos d’Esquadra. El esqueleto permitió describir la nueva especie Ogresuchus furatus.
