Visibilizar el dolor “invisible”

Entre un 2% y un 5% de la población en Catalunya padece fibromialgia, fatiga crónica o sensibilidad química múltiple. Unas patologías cuyos diagnósticos van en aumento pero que todavía siguen siendo enfermedades “invisibles”. Así lo expresó ayer Carme Fabregat, presidenta de Fibrolleida, que organizó una jornada en el Auditori Municipal Enric Granados con motivo del Día Mundial de los Síndromes de Sensibilización Central, que se conmemoró el pasado domingo. Según Fabregat, han aumentado los casos en las comarcas leridanas, sobre todo de fatiga crónica, que ya se dispararon tras la pandemia de Covid-19 pero que también se asocian al estrés de la sociedad actual. Asimismo, destacó que ha bajado la edad media de los afectados, que antes era de entre 45 y 50 años, y ahora ya se amplía desde los 25 a los 60. Esto hace que la entidad haya aumentado el número de socios, actualmente tiene unos 350, también de personas afectadas por Covid persistente. Según Fabregat, aún cuesta mucho el reconocimiento de la incapacidad lo que, denunció, “obliga a muchas personas a tener que trabajar a pesar de no poder hacerlo, lo que agrava sus patologías”. Asimismo, pidió “hacer fuerza a través de la unidad” para conseguir visibilizar estas enfermedades que, lamentó, “desafortunadamente aún siguen siendo invisibles”.

En la jornada de ayer, participaron los profesionales que forman parte de la Unitat d’Expertesa de Fibromiàlgia del hospital Santa Maria de Lleida, liderados por el doctor Lluís Rosselló, reumatólogo, junto a la enfermera Elena Fernández, la psicóloga Teresa Solé, y la fisioterapeuta María Ingrid Inglès. Destacaron la importancia de las visitas individualizadas para dar pautas a los pacientes para sobrellevar el dolor, como cambios en la alimentación, actividad física adaptada y gestión emocional.

El TSJC concede la incapacidad total a una leridana

El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha reconocido a una leridana de 39 años la incapacidad permanente absoluta y una pensión de 597 euros mensuales al no poder llevar a cabo ningún tipo de actividad laboral debido a la fibromialgia, la fatiga crónica y el síndrome de hipersensibilidad química múltiple que padece. La demandante, que ejercía como limpiadora y teleoperadora, pidió la incapacidad ante el Institut Nacional de la Seguridad Social, pero este se lo denegó. Entonces recurrió al Juzgado de lo Social 2 de Lleida, que también se la negó. Finalmente, el TSJC sí ha admitido su demanda. Según la sentencia, la trabajadora padece simultáneamente en grado grave o intenso estas patologías, “lo que determina la anulación de la capacidad laboral de quien las padece” y añade que “resulta impensable que pueda llevar a cabo, de forma habitual, con rentabilidad y eficacia, ninguna de las actividades que el mercado laboral le pueda ofrecer”. Asimismo, dice que es “utópica” la posibilidad de “reinserción en la vida laboral activa”.