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Les restos de un establo quemado en la Cerdanya, posibles testimonios del paso de las tropas de Aníbal por el Pirineo

Una investigación liderada por la UAB relaciona los hechos con la época de la Guerra Púnica

Los investigadores trabajando al yacimiento.Cedida a la ACN por la UAB

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agències 

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Una investigación en el yacimiento arqueológico Tossal de Baltarga, en Bellver de Cerdanya, ha sacado a la luz los restos carbonizados de un edificio a causa de un incendio hace 2.200 años, en la Edad de Hierro. La investigación liderada por la UAB ha descubierto los restos carbonizados de un caballo, cuatro ovejas y una cabra, junto con objetos de valor como un piquete de hierro y un pendiente de oro escondidos dentro de una olla. El hallazgo ha permitido reconstruir las pautas económicas de estos habitantes, con una importante ganadería donde se practicaba la trashumancia. "Es probable que la destrucción violenta del lugar esté relacionada con la época de la Guerra Púnica", ha indicado al investigador Oriol Olesti.

La investigación, publicada este viernes en Frontiers in Environmental Archaeology, ha sido liderada por el investigador del Department de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la UAB Oriol Olesti, Los investigadores, han inferido que el piso superior parecía haber sido dividido en espacios de almacenaje y producción textil. Hay encontradas numerosas herramientas que podrían haber servido para hilar y tejer la lana de las ovejas y cabras que vivían en la planta baja, como husos y pesas de telar. Los arqueólogos también han encontrado cereales como avena y cebada, y algunos recipientes de cocina enteros, con residuos que demostraban que las personas que utilizaban el edificio habían estado consumiendo leche y queso y comiendo guisos de cerdo y cordero.

Les hallazgos muestran una economía compleja

El análisis de isótopos indica que algunas ovejas habían pacido anteriormente en los pastos de tierra baja, posiblemente por acuerdo con otras comunidades. Oriol Olesti ha explicado que "El descubrimiento ha permitido reconstruir las pautas económicas de estos habitantes, probablemente dedicados a la trashumancia."

"Estas comunidades de montaña no estaban cerradas a las tierras altas, sino conectadas con zonas vecinas, intercambiando productos y, probablemente, conocimientos culturales", ha remarcado Olestí. La compleja economía de estos pobladores, con actividades de ganadería, agricultura, gestión del bosque y minería indica, para Oriol Olesti, "una sociedad de la Edad del Hierro adaptada en su entorno y capaz de aprovechar sus recursos a las tierras altas, y también muestra su contacto con otras comunidades".

El paso de las tropas de Aníbal

La destrucción del Cerro de Baltarga, que ocupaba una posición estratégica en los Pirineos, podría haber sido relacionada con el paso del ejército de Aníbal por esta región para luchar contra los romanos durante la Segunda Guerra Púnica. "La precisión cronológica en arqueología para hablar de la Guerra Púnica no es suficiente para afirmarlo con toda seguridad", ha puntualizado Oriol Olestí, y ha añadido que "tienen muy claro que pasó en aquel momento de la historia". "Es probable que la destrucción violenta del lugar esté relacionada con esta guerra". El fuego general apunta a una destrucción antrópica, intencionada y muy efectiva, ya que todos los edificios del lugar fueron destruidos. En un edificio adyacente también encontramos un perro quemado", ha añadido Olestí.

El Cerro de Baltarga era un lugar de residencia y punto de vigía de la comunidad ceretana con un importante asentamiento fortificado cerca, el Castellot de Bolvir. Parece que no tenía murallas defensivas, pero disponía de una excelente vista sobre el río y de las principales rutas de viaje. "Sabemos que Aníbal atravesó los Pirineos luchando contra las tribus locales, también probablemente contra los ceretanos. De esta expedición no se conservan muchos restos arqueológicos, y el Tossal de Baltarga es probablemente uno de los mejores ejemplos", ha remarcado Olesti Vila

Un pendiente de oro escondido

Para Olesti Vila "la reconstrucción implica una destrucción repentina, sin tiempo para abrir la puerta del establo y salvar los animales". Este podría ser sólo un incendio local inesperado. Pero la presencia de un pendiente de oro escondido indica la anticipación por parte de la población local de algún tipo de amenaza, probablemente la llegada de un enemigo. Además, mantener un número tan elevado de animales en un pequeño establo sugiere la anticipación de un peligro", ha comentado el investigador.

Los arqueólogos no saben qué pasó con la gente que vivía en el Tossal de Baltarga, pero finalmente fue reocupado y utilizado por los romanos. Una parte de la comunidad probablemente sobrevivió a la conflagración, y los encontramos conviviendo con los romanos al yacimiento. El elemento más significativo de esta nueva ocupación será una impresionante torre de vigía que queda en el yacimiento.

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