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LLEIDA

Trabajar para ser pobre: Càritas alerta de la precariedad laboral

La entidad destinó el año pasado 8 millones a la atención de personas vulnerables

La presentació ahir de la memòria del 2023 de Càritas de Lleida, Urgell i Solsona.

La presentación ayer de la memoria de 2023 de Càritas de Lleida, Urgell y Solsona. - AMADO FORROLLA

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Tener empleo debería bastar para pagar una vivienda, comer y cubrir necesidades básicas, pero la realidad es muy distinta: cada vez hay más trabajadores pobres. Así lo constatan Càritas de las tres diócesis leridanas, que el año pasado tuvieron que destinar cerca de 8 millones de euros (un 10,5% más que en 2022) a atender de forma directa a más de 8.000 personas en situación de pobreza. “Las desigualdades económicas y sociales han aumentado en los últimos años y eso algo que nos preocupa”, lamentó ayer el director de Càritas diocesana de Lleida, Rafael Allepuz, mientras subrayó que el 20% de los usuarios del 2023 eran trabajadores que no llegaban a fin de mes. En esta línea, la secretaria general de Càritas Lleida, María José Rosell, aseguró que “las familias cada vez están más ahogadas para cubrir las necesidades básicas” debido al encarecimiento de la vivienda, la comida y el transporte. Para paliar esta problemática, la entidad tuvo que incrementar un 7% el presupuesto para ayudas económicas directas, llegando a los 754.525 euros. “Nos inquieta especialmente que el 70% de los usuarios que precisaron estos recursos económicos eran núcleos familiares con niños”, dijo Rosell, quien también subrayó que “cada vez es más complicado acceder a una vivienda, un problema que se agudiza para aquellas personas que están en situación de vulnerabilidad”. En este sentido, las tres Càritas acogieron el año pasado a 90 personas (un 49% que en 2022) en una quincena de viviendas. En relación al área de ocupación, la entidad destinó 4,5 millones de euros a las diferentes empresas de inserción, CET y fundaciones. En total, propició 104 nuevos contratos de trabajo, el doble que en el año de la pandemia. Ante este contexto de “fragilidad social constante y creciente”, Allepuz y Rosell quisieron hacer un llamamiento tanto a la población general (a la que pidieron comprensión y empatía) como a los responsables políticos. A estos últimos les recordaron su responsabilidad para intentar revertir esta situación. Entre sus demandas, destacaron “mejorar el acceso a los derechos básicos sin exclusión; redistribuir la riqueza que se genera; apostar por políticas de inclusión que pongan el acento en el acceso a la vivienda y garantizar un trabajo digno que aporte ingresos de calidad”. Al balance de actividad de Càritas también asistió el obispo Salvador Giménez.

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