Los tatuadores profesionales lucharán contra el intrusismo: en España los ilegales duplican los legales
La Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) mantuvo la semana pasada reuniones con profesionales del sector del tatuaje, que reclamaron a la Administración un mayor control contra el intrusismo laboral.
Los artistas tatuadores también pidieron una certificación oficial del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y la resolución de las homologaciones de las pigmentaciones, ya reconocidas en países europeos como Francia, Alemania e Italia, pero todavía no en nuestro país.
A pesar de estar clasificados bajo la categoría de "Salón de Belleza", los tatuadores tienen que cumplir con estrictos requisitos de calificación técnica y controles sanitarios para proteger la salud de sus clientes. No obstante, las homologaciones por parte del Ministerio de Sanidad no se realizan de manera uniforme a todas las comunidades autónomas, aplicándose de manera desigual según la región.
Uno de los problemas principales del sector es la competencia desleal del mercado no regulado. El acceso fácil a pigmentaciones a través de proveedores en línea permite que cualquier persona pueda comprarlas, hecho que perjudica los negocios de los profesionales cualificados y pone en riesgo la salud de las personas que se tatúen en centros ilegales, los cuales ya suman más de 15.000.
Según Eduardo Abad, presidente de UPTA, "es prioritario crear un epígrafe de actividad específico para el sector y establecer una certificación formativa necesaria para el desarrollo de esta disciplina artística, que tiene que cumplir con los parámetros de seguridad sanitaria e higiene para llevar a cabo esta actividad. La falta de control de esta actividad económica y el intrusismo que sufren estos profesionales que trabajan legalmente es inaceptable."
UPTA ha creado un grupo de trabajo específico para iniciar los trámites de regulación de las diversas problemáticas que afecta este colectivo, unificar criterios entre las administraciones y homologar las pigmentaciones para su uso profesional, siguiendo el ejemplo del resto de Europa.
La organización solicitará formalmente reuniones con varios organismos competentes: con la Inspección de Trabajo para iniciar una campaña de control de la economía sumergida del sector, con el Servicio Público de Empleo Estatal para obtener las certificaciones necesarias para la profesionalización completa de la disciplina y, finalmente, con la Agencia Tributaria para crear un epígrafe específico que delimite claramente las actividades de los artistas tatuadores profesionales.
