Detenido un lotero por el atraco a su propia administración
La Policía Nacional ha detenido a Guillermo Rodríguez, el lotero que denunció el pasado 4 de enero que había sido atracado a punta de pistola en su administración, ubicada en Lamas de Prado, en la ciudad de Lugo, por dos encapuchados que se habían llevado un botín de unos 400.000 euros.
Aunque la jueza encargada del caso cerró la investigación al no apreciar indicios de delito en el comportamiento del lotero, la Policía Nacional siguió con sus pesquisas y detuvo este martes a Guillermo Rodríguez por haber planeado él mismo el atraco junto a una pareja, un hombre y una mujer de origen extranjero que también han sido arrestados en las últimas horas.
Fuentes policiales han informado a EFE de que la detención de estas dos personas se ha producido en Madrid y ha sido esta circunstancia la que precipitó el arresto del que es considerado por los investigadores como principal responsable del atraco.
Determinados indicios, incluido el comportamiento del propio lotero, hicieron sospechar desde el primer momento a la Policía Nacional de su versión sobre el supuesto atraco a la administración de loterías dos días antes del Sorteo Extraordinario de El Niño.
A principios de abril, la magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Lugo decretó el sobreseimiento provisional y archivo de las actuaciones relativas a ese atraco al no apreciar indicios de delito por parte del propietario del negocio.
La jueza instructora afirmó en un auto que no existían "motivos suficientes para imputar a determinada o determinadas personas como autoras, cómplices o encubridoras" de ese atraco, por lo que rechazó autorizar las medidas solicitadas por la Policía Judicial en el marco de las pesquisas, como demandar a las compañías telefónicas geolocalizaciones de teléfonos móviles o a entidades bancarias información sobre determinadas cuentas.
En el auto explicaba que la hipótesis sobre la que pivotaba la investigación policial, por la cual se podría concluir que el denunciante estaría implicado en los hechos, se fundamentaba en sospechas porque no se percibía "absolutamente ningún indicio racional de criminalidad" en relación con el lotero.
Además, advertía de una "posible vulneración del derecho de defensa" del mismo en dependencias policiales, "previamente a la judicialización de la causa", pues se le tomó "declaración en sucesivas ocasiones como denunciante, incluso cuando ya existían sospechas policiales frente al mismo, con obligación de decir verdad".
"Toda la construcción de la hipótesis", añadía, se fundamentaba "en sospechas -en ningún caso indicios-, las cuales no pueden asumirse". Con las pruebas que le presentaron entonces, entendía la magistrada, no se podía "establecer ningún nexo mínimamente fundado con el atraco investigado".