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ENTREVISTA RECONOCIMIENTOS

«Las farmacéuticas hacen una gran inversión en investigación»

«Les farmacèutiques fan una gran inversió en investigació»

«Las farmacéuticas hacen una gran inversión en investigación» - ALUMNI UDL

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M.C.E.

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Moderna saltó a la fama por su vacuna contra la Covid-19 basada en el ARN mensajero, ¿en qué otras investigaciones o productos pioneros está trabajando la firma actualmente?

Es cierto que Moderna es conocida en gran medida por su vacuna frente a la COVID-19. No obstante, la compañía fue fundada en 2010 e inició los primeros ensayos clínicos en 2015. En la actualidad, tiene diez programas en fases avanzadas de desarrollo clínico en infecciones causadas por virus respiratorios y latentes, en enfermedades raras y en oncología. Ocho de estos programas han progresado a la fase 3 del desarrollo clínico, la última antes de iniciar el proceso regulatorio de aprobación de un medicamento, y otros dos programas en enfermedades raras están avanzando hacia el inicio de los estudios clínicos de registro. Precisamente, la farmacéutica anunció hace unos meses que ya está probando en pacientes una revolucionaria vacuna contra el cáncer. ¿Cómo funciona?Uno de los principales retos en el tratamiento del cáncer es que el tumor de cada paciente es diferente, incluso cuando estamos hablando del mismo tipo de tumor. Por eso, cabe pensar en la posibilidad de que cada paciente necesite un tratamiento personalizado. Moderna lleva mucho tiempo trabajando en el área de oncología precisamente con esta visión. La vacuna contra el cáncer a la que usted se refiere se basa en el concepto de que cada tumor produce una serie de proteínas nuevas, que los oncólogos conocen como neoantígenos. Mediante una biopsia del tumor y aplicando tecnología de secuenciación de nueva generación, es posible identificar los neoantígenos específicos del tumor. A continuación, la plataforma tecnológica del ARN mensajero nos permite desarrollar una vacuna de ARNm individualizada para el paciente que codifica los neoantígenos propios de su tumor. Al inyectar la vacuna en el paciente, se consigue activar su sistema inmunológico frente a las células de su propio tumor. ¿Cuándo podría estar disponible?Hace pocas semanas, Moderna y MSD (otra compañía que colabora en este programa) presentaron en el Congreso de la Sociedad Americana de Oncología los resultados con 3 años de seguimiento de un estudio en fase 2 en pacientes con melanoma de alto riesgo estadio III/IV cuyo tumor había sido resecado, demostrando una mejora mantenida tanto en supervivencia libre de recaída como en supervivencia libre de metástasis. Estamos muy esperanzados con este tipo de resultados. No obstante, hay que esperar a los resultados finales de los distintos estudios clínicos. En este momento sería muy aventurado especular sobre cuándo esta innovadora vacuna podría estar aprobada y disponible para el tratamiento de pacientes en práctica clínica habitual.

¿Por qué decidió doctorarse en Biología Celular por la UdL?

Para mí, fue una decisión lógica. Durante la carrera tuve la oportunidad de trabajar como alumno interno en los laboratorios del Grupo de Neurobiología Molecular en el departamento de Ciencias Médicas Básicas de la Facultad de Medicina de la UdL, bajo la dirección del Dr Joan X. Comella. Tenía por tanto una idea muy clara de la calidad de la investigación que se realizaba en el Departamento y de las posibilidades que me ofrecía como estudiante de doctorado. Realmente me siento muy afortunado de haber tenido esa gran oportunidad de formación en la UdL. ¿Mantiene a día de hoy alguna vinculación con la ciudad?Sí. Sigo manteniendo una fuerte vinculación con Lleida, ciudad a la que llegué cuando tenía 8 años y donde viví la mayor parte de mi infancia y adolescencia. Quedan muchos amigos y recuerdos y de vez en cuando, aprovechando algún viaje a España, tengo la ocasión de pasar por Lleida. Sigo experimentando una sensación especial cuando, llegando a Lleida, diviso la silueta de la Seu desde lejos.

¿De pequeño ya sentía interés por la ciencia y la medicina?

Efectivamente. Desde que recuerdo, de niño siempre tenía la visión de querer ser médico. Lo que cambió en el tiempo es la especialidad en la que soñaba especializarme. Pasé por distintas ideas: Cirugía, Neurología y varias otras. Pero al final acabé optando por Hematología porque me atraía mucho la posibilidad de entender lo que había detrás del proceso de malignización que se produce en estadios precoces de la diferenciación de las células madre hematopoyéticas, resultando en distintos tipos de leucemias, linfomas y mielomas. También me atraía mucho todo lo relacionado con el trasplante de progenitores hematopoyéticos, que ha sido históricamente uno de los grandes avances en el tratamiento de neoplasias hematológicas así como de otras enfermedades.

¿Qué le hizo pasar del campo de la oncohematología a la industria farmacéutica?

Mi interés por la investigación ha sido una constante a lo largo de mi toda mi trayectoria universitaria y profesional. Durante mi etapa de formación como especialista en Hematología siempre estuve involucrado en distintos proyectos de investigación, tanto relacionados con las enfermedades oncológicas que trataba como hematólogo clínico como con el desarrollo de medicamentos. De hecho, mi participación en varios ensayos clínicos para la evaluación de medicamentos me permitió conocer más de cerca el papel que tiene la industria farmacéutica en el desarrollo de nuevas alternativas para el tratamiento de enfermedades y despertó en mí un interés por profundizar en este área. A lo largo de mis años de trabajo en la industria farmacéutica, he podido compaginar mi interés por la ciencia y la investigación con la posibilidad de tener un impacto positivo en la vida de muchos pacientes así como en la salud pública. Como médico, eso hace sentirme muy realizado.

¿Cuál es uno de los mayores retos de su trabajo?

Muchas personas no entienden necesariamente el valor en términos de innovación que aporta el sector farmacéutico. En ese sentido, la pandemia ha sido una experiencia que no deberíamos olvidar. El desarrollo de las vacunas y de varios tratamientos antivirales que nos han permitido hacer frente a este reto de salud pública sólo ha sido posible porque había una base de inversión en innovación y de conocimiento acumulado gracias al trabajo de los sectores académico y farmacéutico de muy largo recorrido. En términos generales, creo que tenemos que hacer un mejor trabajo en explicar a la sociedad el valor de la inversión en investigación que realiza la industria farmacéutica.

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