El ayuntamiento de Barcelona plantea no renovar licencias y que los 10.000 pisos turísticos pasen a ser residenciales en 2028
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha planteado no renovar las licencias de los 10.101 pisos turísticos que hay actualmente en la ciudad a fin de que en noviembre del 2028 pasen a ser residenciales. Para hacerlo, ha explicado que aplicarán al máximo el decreto ley aprobado por la Generalitat el 7 de noviembre que regula el uso de esta tipología de viviendas en municipios tensionados en este ámbito, cómo lo es Barcelona. Así, en noviembre del 2028, cuando pasen cinco años de la entrada en vigor del decreto, estos pisos perderán la licencia de turísticos y el consistorio no impulsará ningún planeamiento urbanístico para mantener esta figura. Por otra parte, ha propuesto acumular la reserva del 30% de vivienda protegida también en parcelas de barrios adyacentes.
El alcalde de Barcelona ha explicado que desde la entrada en el gobierno municipal fijaron el acceso a la vivienda como una de las prioridades pero ha afirmado que los ciclos electorales les habían impedido sacar adelante algunas medidas. Una vez superado este ciclo, ha planteado cambios en dos ámbitos a fin de que en Barcelona haya más oferta, que sea más accesible y que permita evitar que la gente se marche de la ciudad. Collboni ha puesto sobre la mesa que mientras que el precio de la vivienda ha subido un 68%, los sueldos lo han hecho un 38%.
Por una parte, ha propuesto eliminar la figura del piso turístico en Barcelona en aplicación de la normativa impulsada por la Generalitat para regular estas viviendas. Esta establece que en los municipios que presentan problemas de acceso a una vivienda permanente o que ya tienen más de cinco pisos turísticos por cada 100 habitantes -o ambos requisitos-, la actividad de piso turístico sólo es posible si lo permite expresamente el planeamiento urbanístico y siempre que se justifique que hay bastante suelo para el uso de vivienda destinada al domicilio habitual y permanente de los residentes.
Ante esta posibilidad, el gobierno municipal ha planteado no impulsar ningún nuevo planeamiento urbanístico que recoja la figura de los pisos turísticos a partir de noviembre del 2028, momento en el que también decaerán los 10.101 que están operando ahora mismo. Por eso, Collboni ha asegurado que a partir de noviembre de la 2028 Barcelona no tendrá ningún piso turístico. Estos 10.000 pisos pasarán a ser residenciales, ya sea para el alquiler o la venta.
Por otra parte, el gobierno municipal ha destacado que la tarea inspectora de los últimos años ha permitido imponer 10.500 sanciones y 9.700 órdenes de cese de la actividad de pisos turísticos desde el 2016. Ha apuntado también que de unos 6.000 pisos ilegales se ha pasado a sólo entre 300 y 400 anuncios mensuales que el equipo de inspección detecta y requiere en las plataformas que desactive. Además, se han recuperado para uso residencial habitual hasta 3.473 pisos que hacían actividad turística ilegal.
Medidas para flexibilizar el 30% de vivienda protegida
Collboni, que ha comparecido en rueda de prensa, ha explicado también cambios con respecto a la reserva de un 30% de las promociones en vivienda protegida con el fin de superar el "freno" en la construcción que ha asegurado que se ha detectado. Según el gobierno municipal, desde la aprobación de la medida en el 2018, sólo se han obtenido 93 viviendas, de acuerdo con las licencias otorgadas, y de estos sólo ocho se han ejecutado. Por otra parte, ha afirmado que la media de licencias de obra nueva ha bajado de 1.100 en 60 viviendas.
Para solucionar esta situación, Collboni ha planteado introducir medidas que permitan ampliar las opciones para hacer efectivo el 30%.
En primer lugar, la medida aprobada en el 2018 permitía ressituar las viviendas protegidas en otra parcela del mismo barrio pero mediante la tramitación y aprobación por parte del consistorio de un plan de mejora urbana. Ahora se plantea que la transferencia de reserva del 30% en otros emplazamientos no requiera tramitar este plan y que, además, también se pueda trasladar a barrios adyacentes. En caso de que haya una diferencia del valor de mercado, se aplicaría un coeficiente corrector basado en los precios de mercado de cada barrio, con el objetivo que se compense con más techo de protección oficial si el valor de mercado es más bajo en el barrio donde se acaben haciendo las viviendas protegidas con respecto al barrio de origen.
Además, la propuesta de modificación del 30% abre también la posibilidad que entre en juego una promotora social, que sea la encargada de ejecutar las viviendas resultantes de las reservas del 30% de las promociones privadas en otra parcela. Esta promotora tendrá que tener un convenio marco con el consistorio que defina los procedimientos, responsabilidades y plazos.
Por último, se plantea facilitar la rehabilitación de viviendas y elevar el número. La propuesta es que el 30% sólo sea de aplicación en aquellos casos que la rehabilitación se asimile a la obra nueva, es decir, cuando sólo se preserva la fachada. También quedarían exentas los cambios de usos.
Collboni ha hecho un llamamiento a romper con la idea de que no hay suelo para construir nueva vivienda en Barcelona. En este sentido, ha instado a la Generalitat a impulsar la vivienda pública que le corresponde y ha recordado que el Ayuntamiento le ha cedido once solares, de los 27 disponibles, para que así sea. Por otra parte, el consistorio tiene 5.000 viviendas en marcha en alguna fase de ejecución.
La modificación de la medida del 30% se ha trabajado con Carme Trilla, presidenta de Fundación Hábitat 3, a quien Collboni encargó la propuesta. Y es que el alcalde ha defendido que estos propuestas se han trabajado con equipos técnicos y jurídicos y ahora quiere abrir el debate público y con los grupos municipales, ya que se tendrán que aprobar para poder sacarlas adelante.