Las 'colles' castelleras recuperan la actividad prepandémica

La actividad castellera recuperó en el 2023 el ritmo de la actividad prepandémica, después de una temporada casi en blanco y dos que se dedicaron a la remontada. Tan solo en el año pasado, las colles plantaron más de 10.600 castells, una cifra habitual entre 2014 y 2019.

Los registros anuales de la Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya (CCC) documentan más de un centenar de tipos de castells distintos que se han elevado en plaza, durante los últimos 15 años. Los castells se clasifican en función de su número de pisos, estructura –el número de personas por piso–, según si tienen folre, manilles o pilar, .. Todas estas variables se pueden combinar en una misma construcción. Los castells que se cargaron con más frecuencia en 2023 fueron los considerados “básicos”. 

El pilar de 4 encabeza con diferencia la lista de las construcciones más populares, pues fue levantado 4.587 veces; seguido del pilar de 5, alzado 987 veces, y del 3 de 6, con 478 veces. Carles Cortés, presidente de la Coordinadora de Colles, afirmó que el alza de las construcciones básicas supone “un gran valor, ya que es una consecuencia de la proliferación de colles nuevas”. Asimismo, los datos señalan que el 99% de los castells se descargan. Cortés apuntó que ha habido “una evolución desde 2010” y que hoy en día, la logística de las construcciones está “más estudiada y se basa en la técnica, más que en el peso”.

Los últimos registros del archivo anual de la CCC destacan el retorno de la gamma extra, una categoría de gran dificultad de ejecución que consta de ocho pisos o más. Desde el año 2009, el 2 de 9 con folre y manilles se ha mantenido como la construcción más popular. Si bien se contabilizaron 60 construcciones de este tipo el año pasado, la cifra, que representa un 0,5% del total, se mantiene lejos de los registros prepandémicos. El récord lo ostenta 2017, con 127 cargas de gamma extra. “El pilar de los castells son los niños; sin ellos, no pueden funcionar”, aseguró Cortés. Otro motivo que justificaría la dificultad para recuperar las construcciones de gamma extra es la pérdida de camises –el nombre que reciben los miembros de las colles en la jerga castellera–, algunas de ellas, veteranas y que formaban parte del tronco de los castells. Ahora los grupos estarían recuperando o incorporando nuevos miembros, poco a poco.