Se cumplen 40 años del primer nacimiento en el Estado por ‘in vitro’
El Hospital Dexeus de Barcelona celebra el cumpleaños de Victoria Anna con más porcentaje de éxitos y menos embarazos múltiples
El 12 de julio de 1984 nació en el estado español la primera persona fecundada artificialmente, Victoria Anna Perea, nacida en el Hospital Dexeus de Barcelona. Cerca del 40 cumpleaños de la efeméride, el centro sanitario ha querido repasar la evolución de la reproducción asistida y ha advertido que el principal reto médico y social es el retraso de la maternidad, que dificulta el embarazo y al mismo tiempo reduce la tasa de natalidad, una de las más bajas de Europa. El hospital asegura que actualmente la tasa de éxito en las técnicas de reproducción asistida se ha doblado, y ya supera el 50%, mientras que se ha reducido el número de embriones implantados en cada ciclo y han disminuido los embarazos múltiples hasta el 3%.
En 1978 nació la primera persona en todo el mundo por fecundación artificial. Fue Louise Brown. Seis años más tarde lo hizo en la capital catalana el primer bebé al estado. Su madre tenía un problema que le dificultaba el embarazo. Después de la fecundación y de controles semanales, la niña nació sana y con un peso de 2,47 kilos.
Desde entonces las técnicas de laboratorio y clínicas han evolucionado mucho y la situación social y personal de las pacientes también. Hace 40 años la edad media de las madres pacientes era de 35, delante de los 39 actuales. Les mujeres venían con pareja, y ahora muchas lo hacen sin o con pareja femenina. El principal motivo de someterse a reproducción asistida era por problemas médicos, sobre todo por el llamado factor tubárico, problemas en las trompas de Falopio, mientras que actualmente el principal problema es la edad avanzada de la madre.
La extracción de los óvulos se hacía por laparoscopia, una técnica que obligaba a ingresar a la madre más de un día y que dejaba una cicatriz en el abdomen de la mujer. Ahora se efectua una punción ecográfica vaginal, mucho más simple y breve. La fecundación de los óvulos se hace cada vez más a menudo con microinyecciones espermáticas y para valorar la calidad antes sólo se hacía un estudio morfológico, mientras que ahora también se hace diagnóstico genético preimplantacional, que permite detectar y evitar enfermedades cromosómicas. Anteriormente sólo se utilizaba la fecundación in vitro y la inseminación artificial, mientras que actualmente también hay donación de óvulos y criopreservació de los propios óvulos.
La transferencia de los óvulos se hacía, sin congelarlos, al cabo de dos días de la extracción y fecundación, ya que no se podían mantener en cultivo durante más tiempo, mientras que ahora se transfieren al cabo de 5 días o incluso semanas para ver la evolución y división celular y esperar el momento propicio de la madre para implantarlos.
La media de embriones transferidos era de 3, mientras que ahora es de uno. De hecho, si antes se implantaban 2 o 3 embriones en el 80% de los casos, ahora el 97% de los casos sueño con un solo embrión, pero la tasa de éxito ha aumentado hasta el 65% en muchos tratamientos. También se ha reducido la hiperestimulación ovárica. Finalmente, la tasa de éxito era del 20 o 25%, mientras que ahora, es del 50 al 65%.
Se calcula que en todo el mundo hay unos 12 millones de personas nacidas con técnicas de fecundación artificial, y en España en el 2021 fueron el 11% de los nacimientos, más de 40.000. La legislación favorable de España y el hecho de que muchas clínicas privadas sean punteras en la materia hace que haya muchas pacientes extranjeras. Pero uno de los problemas es que las madres españolas cada vez tienen su primer hijo más tarde, con 32,6 años, delante de los 29,7 de la Unión Europea. En la Dexeus la media es de 35,1 años. La tasa de fecundidad en España es de 1,16 hijos por mujer en edad fértil, una de las más bajas de Europa, donde es de 1,46.
La reproducción asistida también es necesaria porque cada vez más parejas quieren tener hijos biológicos después de separarse de anteriores parejas, y cuando ya tienen más de 40 o 50 años. En los últimos diez años han crecido las madres por encima de los 40 años un 27%, y han pasado del 6,2% del total al 11%. En la Dexeus más del 50% de las pacientes tienen más e 40 años, mientras que en 1995 eran un 11%.
Por eso, en los últimos años se ha multiplicado por 12 el diagnóstico genético preimplantacional, un estudio genético embrionario para detectar anomalías cromosómicas que aumentan con la edad de la madre. También se han incrementado cinco veces los embarazos con óvulos de otras mujeres u óvulos criopreservados de la misma mujer años antes.
Los tratamientos para mujeres sin pareja pasaron del 4,4 al 8% entre el 2016 y el 2020 en toda España, mientras que del 2018 en el 2023 los tratamientos con recepción de ovocitos de la pareja se han multiplicado por 8. Esta técnica, conocida como ROPA, permite que una mujer dé sus óvulos a su pareja, que acaba gestando el embrión.
El 2009 el 71% de los tratamientos de criopreservación de óvulos era por causas médicas, mientras que actualmente el 87% de las mujeres lo hacen por motivos sociales como no tener pareja o no tener las condiciones económicas o profesionales idóneas. No obstante, la edad media de las mujeres que congelan óvulos ha bajado de los 37 a los 34 años, cosa que significa que están mejor informadas y actúan de forma más preventiva.
Estrategias para evitar la maternidad retrasada
Para el doctor Pedro N. Barri, uno de los artífices del éxito de 1984, para acabar de democratizar estas técnicas, tendría que haber más colaboración entre la sanidad pública y la privada. Mientras que en España el 80% de los tratamientos se hacen a la sanidad privada, en otros países de Europa la sanidad pública asume la mayoría. De hecho, el problema del acceso de las pacientes a la sanidad pública para estos tratamientos hace que se retrase el tratamiento y eso todavía dificulta más el éxito. Barri también ha recordado que en Catalunya la Generalitat dejó de pagar hace dos décadas la medicación a las mujeres que se quieren someter a estas técnicas, mientras que en otras autonomías todavía se paga.
La bióloga Anna Veiga dice que la congelación de óvulos es una herramienta para reducir las dificultades de la maternidad retardada, pero cree que se tendría que ir a la raíz del problema y conseguir que las mujeres no retrasaran la maternidad a causa de dificultades económicas o profesionales.
Victoria Anna explica que ella ha sido una privilegiada para tener toda la información disponible sobre la materia de primera mano y de la mano de expertos, ya que ha mantenido el contacto con los profesionales que la hicieron nacer. Pero admite que hay muchas mujeres de su generación que no están tanto informadas y puede ser “duro” para ellas darse cuenta de que les costará ser madres tarde. Por eso, pide a las autoridades estrategias de información “creativas” para que la gente joven sea consciente del problema de la maternidad retardada, todo y que sin “condicionar la libertad de elección ni ser intrusivo”. Ella recuerda que cuando tenía 20 años veía muy extraño tener hijos más allá de los 40, pero ahora reconoce que es la nueva normalidad.