Muere a los 89 años Marta Ferrusola, la ‘primera dama’ del pujolismo, con raíces en el Pallars

Marta Ferrusola, que ejerció de primera dama de Cataluña durante los 23 años de gobierno de Jordi Pujol al frente de la Generalitat, murió ayer en Barcelona a los 89 años. Ferrusola destacó como una figura influyente, con autoridad, catalanista, católica y conservadora, y la última etapa de su trayectoria vital estuvo marcada por la confesión de su marido que tuvo dinero al extranjero sin regularizar y por su imputación en el caso Pujol.

Además de responsable de la sectorial de deportes de CDC (Convergencia Democràtica de Catalunya), en el Gobierno contaba con una agenda pública propia de actividades. En 1990 compartió con Núria Claverol, esposa del empresario Carles Sumarroca, la empresa de jardinería Hidroplant, con la cual tuvo clientes como el FC Barcelona, aunque el contrato para renovar el césped del Camp Nou acabó en los tribunales porque se tuvo que levantar y plantar de nuevo.

A pesar de admitir que nunca se presentó a un concurso público, Hidroplant también suministró plantas y flores a varias consejerías de la Generalitat durante el mandato de Pujol, sin admitir que pudiera haber un conflicto de intereses.

También presidió el comité organizador del Festival de la Infancia, cargo que dejó en el 2003 después del cambio de Gobierno, que dio inicio al tripartito encabezado por el socialista Pasqual Maragall. “Pujol no habría sido el que fue sin ella. Ferrusola mandó mucho, tuvo mucha influencia dentro y fuera de la familia. ¡No decía la última palabra pero siempre opinaba, a veces sin conocimiento de los hechos”, explicó la periodista Cristina Palomar, autora de la biografía no autorizada Eso es una mujer! Así, se dice que muchos nombres de cargos del partido y lugares del Gobierno pasaban por el filtro particular de Ferrusola, también el del expresidente de la Generalitat Artur Mas.

En el 2003, al alcanzar a la Generalitat el primer tripartito (PSC-ERC-IC) de Pasqual Maragall después de 23 años de gobiernos de CiU, Marta Ferrusola llegó a asegurar que se sentía “como si le hubieran entrado a robar en casa”. “Un andaluz que tenga el nombre en castellano, sí, molesta mucho, mucho. Y además, pienso que el presidente de la Generalitat tiene que hablar bien el catalán”, llegó a decir en el 2008 al preguntarle su opinión sobre la presencia de un catalán nacido en Andalucía como José Montilla al frente del Gobierno.

Tampoco le gustaban las críticas a sus hijos ni que se cuestionara el derecho de los siete a hacer negocios, hasta el punto que en una comparecencia en el Parlamento en febrero del 2015 aseguró que “van con una mano delante y otra detrás”. Cuando se conocieron los presuntos casos de blanqueo de dinero de los Pujol, salió a la luz que Ferrusola había utilizado lenguaje religioso clave para hacer transferencias a cuentas bancarias andorranos.

Hija de dos dependientes textiles y con raíces en Farrera

Nacida el 28 de junio de 1935 en Barcelona, Ferrusola fue el mayor de los tres hijos de Josep Ferrusola y Carme Lladós, él originario de Llers, en Girona, y ella de Farrera (Pallars Sobirà). Los dos miembros del matrimonio trabajaban como dependientes de una tienda de ropa para hombres, Paños Ramos.

Ferrusola estudió al colegio de la Immaculada Concepció de Barcelona y acabó el bachillerato. Conoció a Jordi Pujol a través de la hermana de este, Maria Pujol, con quien coincidía en la agrupación religiosa Confraria Virtèlia. Colina y Ferrusola contrajeron matrimonio el 4 de junio de 1956, y entre los años 1958 y 1972 tuvieron 7 hijos: Jordi, Marta, Josep, Pere, Oriol, Mireia y Oleguer.

A menudo nombrada como matriarca del clan Pujol o primera dama de Catalunya, Ferrusola asistió a la canonización de Josemaría Escrivà de Balaguer, fundador del Opus Dei, y a lo largo de su trayectoria vital protagonizó varias polémicas en ámbitos más allá de la política, como la familia, los negocios, la religión o, también, los corrientes migratorias y las ayudas a los migrantes.