La edad de emancipación de los jóvenes catalanes se sitúa en los 29,8 años, cuatro por encima de la media europea
Los salarios, el precio de la vivienda y el aumento de graduados superiores, entre los factores que más influyen
La edad de emancipación de los jóvenes catalanes se encuentra situada en los 29,8 años, una cifra ligeramente inferior a los 30,3 años del el Estado, y cuatro años por encima de la media europea (UE-27), que es de 26 años. Así lo concluye el tercer monográfico de la cátedra de empresa 'Habitatge i Futur' de la UPF y la Associació de Promotors i Constructors d'Edificis de Catalunya (APCE). El estudio señala que la media de emancipación de los jóvenes de 18 a 34 años europeos se sitúa 10 puntos por encima. Entre los factores que demoran la emancipación juvenil se encuentran la evolución de los salarios y la tasa de temporalidad, el precio de vivienda, la falta de oferta de vivienda protegida, el estado civil y el aumento de personas con estudios superiores.
Uno de los principales problemas para los jóvenes a la hora de acceder a una vivienda es la evolución de los salarios. Según el estudio, tuvieron una tendencia decreciente entre el 2010 y el 2013 y entre el 2014 y en el 2017 para después coger un ligero incremento, de manera que entre los 25 y los 34 años lo hicieron en 360,24 euros y 414,46 euros, unos incrementos que fueron muy menores entre los jóvenes menores de 25 años. Por lo que se refiere al aumento de los precios, fueron de un 40,9% entre 2004 y 2021 a España y de un 45,7% en Cataluña.
No es sólo con que los salarios no aumenten sino que la vida aumenta de precio. Los jóvenes están perdiendo poder adquisitivo", ha concluido Raya, que también incide en temporalidad del empleo.
Mientras tanto, los precios del alquiler desde el 2015 se han disparado un 53% acumulado mientras que en el mismo periodo la renta per cápita en Cataluña ha retrocedido diez puntos.
Por su parte, el presidente del APCE, Xavier Vilajoana, ha indicado que "los salarios van a continuación de una actividad económica" y ha destacado la importancia de la productividad. "Lo que se tiene que fomentar es la actividad económica. No conozco ninguna empresa que si le va bien no quiera contratar", ha comentado Vilajoana, que ha añadido que los salarios "dependen demasiado del sector privado". "Estamos en un nivel de funcionariado demasiado elevado. Con respecto a los países de nuestro entorno, el porcentaje de servicios de trabajadores públicos es enorme y eso no favorece a un aumento de la actividad", ha dicho.
El monográfico también explica cómo los jóvenes, ante la dificultad en obtener una vivienda de compra, apuntan hacia el alquiler, un mercado que se encuentra tensionado por la falta de oferta. En este sentido, el autor del estudio, Josep Maria Raya, apuesta para que se ofrezcan incentivos a los jóvenes solventes a que pueden hacer frente a una cuota de hipoteca pero no tienen ahorros para hacer la entrada. Se trataría, pues, que pudieran firmar un préstamo por más del 80% de la vivienda o que el Estado asumiera parte de la propiedad del piso (por ejemplo un 20%) o los avalara. Según Raya, esta modalidad "parece que empieza" pero se encuentra con que los bancos consideran que "se les traslada demasiada responsabilidad".
El catedrático de Economía Aplicada al TecnoCampus-UPF y autor del monográfico, Josep Maria Raya, junto con el estudiante del Doble Grado de Administración de Empresas y Marketing y Comunidades Digitales, identifica el estado civil -los jóvenes se casan más tarde- y el aumento de jóvenes con estudios superiores como otras causas que influyen en el acceso a la vivienda, que retrasa su entrada al mercado laboral y, por lo tanto, del cobro de un salario. Con todo, Raya ha sugerido apostar más por la formación dual que permita a los jóvenes acceder al mercado laboral.
Otras propuestas que hacen los autores del estudio, junto con el APCE, son una fiscalidad más atractiva, como la reducción del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) y el IVA en viviendas de nueva construcción, siempre que se destine a la residencia principal y no se haya transmitido en un periodo de cinco años.
Por lo que se refiere a las políticas encaminadas a regular el precio del alquiler, Raya ha afirmado que "hay consenso" que comportan una reducción de la oferta. "Cuando a alguien le regulan siempre busca una salida", ha comentado, en referencia a propietarios que primero pusieron su piso en el mercado de alquiler turístico, después ofrecieron al alquiler de temporada y al final acaban optando por venderlo, pero no por incorporarlo al mercado de alquiler ordinario. "Y la consecuencia última es que como no hay habrá inversores que quieran entrar, colapsaremos la oferta", ha concluido.
En cualquier caso, Raya ha advertido que si nada cambia a los jóvenes tendrán el acceso a la vivienda todavía más difícil de aquí diez años. Según las cifras que ha dado, cada año se crean 285.000 hogares mientras que se construyen 110.000 viviendas nuevas, de manera que el déficit anual se sitúa en 170.000 pisos. "Cada año se tensiona el mercado de la vivienda y se tensionan los precios", ha manifestado, en referencia tanto en el mercado de compra como de alquiler.