GUIA
El despliegue de las nuevas autovías desde la capital y eldifícil avance de la A-14
La construcción de la autovía A-22 en el tramo de Raimat y Almacelles en 2011 y su aspecto actual (abajo). - AMADO FORROLLA
La construcción de la autovía A-22 en el tramo de Raimat y Almacelles en 2011 y su aspecto actual (abajo). - AMADO FORROLLA
La construcción de la autovía A-22 en el tramo de Raimat y Almacelles en 2011 y su aspecto actual (abajo). - AMADO FORROLLA
La construcción de la autovía A-22 en el tramo de Raimat y Almacelles en 2011 y su aspecto actual (abajo). - AMADO FORROLLA
La construcción de la autovía A-22 en el tramo de Raimat y Almacelles en 2011 y su aspecto actual (abajo). - AMADO FORROLLA
La construcción de la autovía A-22 en el tramo de Raimat y Almacelles en 2011 y su aspecto actual (abajo). - AMADO FORROLLA
La A-2 dejó de ser la única autovía que pasaba por Lleida con la apertura en 2009 del primer tramo de la A-22 entre la capital del Segrià y Almacelles. El siguiente, hasta el límite provincial con Huesca, se estrenó en 2012, el mismo año en que abrieron al tráfico los primeros diez kilómetros de la A-14 entre Rosselló y Almenar.
Las obras de la A-22 lograron esquivar en buena medida la parálisis de las obras públicas que llegó con la crisis económica a partir de 2009. Gran parte de su trazado en Lleida y Huesca estaba por aquel entonces en obras hasta Siétamo y hoy en día solo quedan pendientes los 12 kilómetros finales hasta la capital oscense. En cambio, la A-14, que debía llegar hasta la Val d’Aran, corrió una suerte muy distinta. Su construcción quedó paralizada cuando solo se había construido el trazado entre Rosselló y Almenar. Durante años, sus calzadas terminaban con vallas en ambos extremos y, más allá, solo había fincas de cultivos. Esto le valió el sobrenombre de autovía a ninguna parte hasta que, en el año 2017, se estrenó finalmente el tramo hasta la capital del Segrià. Actualmente, el proyecto de prolongarla hasta Aran está descartado por su alto coste e impacto ambiental y solo se prevé alargarla hasta el límite provincial con Huesca. A partir de allí, se plantea un carril central para adelantar en la N-230 hasta Sopeira.